En El Picacho 10
Una mañana iba para el patio trasero de la
casa, y miré un galápago grande queriendo salir por una parte de la cerca de
alambre gallinero, trataba de trepar y resbalaba, corrí gritando y le dije a mi
papá, él incrédulo me acompañó, y miró el galápago y lo agarró, y antes de
matarlo y prepararlo para el almuerzo, no entendía de cómo entró ese galápago
al solar, revisó la cerca por los cuatro costados de la casa, y no había hueco
ni portillo por ninguna parte y la reja estaba cerrada, al final comentaba que
eso era como una cosa de milagro…
Después de mediodía una vez estábamos en
el corredor que daba frente al río, y alguien de nosotros miró a un hombre que
se había lanzado al agua desde la otra orilla, el río estaba bastante crecido,
y mirábamos cómo el hombre braceaba, zambullía y volvía a surgir braceando, y
así hasta cuando logró llegar a la orilla frente a nuestra casa, salió del río
y estuvo buen rato tomando aire y descansando, alguien le preguntó, si se
estaba entrenando, para participar en alguna competencia, y él cuando pudo
hablar, respondió que solo lo hizo para probarse que lo podía lograr, y nada
más para eso…
Un día llegó a la casa un señor con una
cajita que mostraba un espejo con una mancha, que parecía una especie de rostro
humano, el señor, que dijo llamarse Basilio, afirmaba que era la imagen de la
virgen, y para el caso le había hecho ese nicho con una base donde le colocaba
una velita encendida, y más abajo una gavetica donde la gente que creyera y
quisiera colocaba monedas o billetes, resultó que dicho señor también dijo que
no tenía casa ni familia, y le llegó la noche con nosotros, mi mamá le preparó
una vieja cama que no se usaba, y ahí comenzó a estar con nosotros, salía en el
día, regresaba en la tardecita y algo traía para la cena y se lo daba a mi
mamá, y pasó algún tiempo, y una mañana mi mamá fue a llevarle café y el señor
Basilio estaba muerto, mi papá participó al prefecto y mientras comprobaban y
certificaban, mi papá hizo una urna y la forró con lienzo negro y le colocó una
cruz de madera, y después del breve velorio, lo fueron a enterrar en el
cementerio de San Fernando de Apure…
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