martes, 4 de marzo de 2014

Construyamos buenos momentos



Construyamos buenos momentos

     Sí, en el pasado que vamos construyendo segundo tras segundo, vivimos buenos momentos y malos momentos por buenas razones o por sinrazones, y una de esas sinrazones es la confusión; ahora bien, si andamos en la senda de amor, entonces debemos intentar vivir construyendo la mayor suma de buenos momentos, y es así como había salido en la mañana y cuando regresé me fui a regar las plantas de la parte este del patio, y se me acercó mi hijo Fabio, y me mostró cuatro semillas de guama de agua que se las regaló la vecina Hortensia, y cuando se alejaba de mi lado, le dije que me diera una, busqué un tubo viejo y desmenucé la tierra y ahí sembré la semilla del lado donde están los ciruelos, el naranjo, maniritos, chayas, el merecure, el riñonero y el guanábano, las ixoras, un guayabo, otro guayabo sabanero y una plantica rastrera que no le sé el nombre y solo le digo la matica de la hermosa florecita azul, y el espinito que cada vez que lo miro, me hace recordar los octosílabos en Florentino y el Diablo, de la leyenda escrita por Alberto Arvelo Torrealba:

                                 … Yo soy como el espinito
                                      que en la sabana florea,
                                      le doy aroma al que pasa
                                      y espino al que me menea…

     Y seguí construyendo este buen momento en mis afanes de hoy, tomé la manguera y pasé al lado de los piñeros, icacos, cocoteros, guayabos y cuando estaba bajo la sombra del almendro, llegó mi consuetudinaria visita de una mariposita monarca que revoloteaba agitando sus perfectos y hermosos banderines simétricos, y sonreí pensando en estas líneas…
     Ahora cuando estoy dando toque final, me acompañan los cantos seguidos y armoniosos de cucaracheros y azulejos detrás de mí en las cercanías del lado este del patio…

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