Construyamos buenos
momentos
Sí, en el pasado que vamos construyendo
segundo tras segundo, vivimos buenos momentos y malos momentos por buenas
razones o por sinrazones, y una de esas sinrazones es la confusión; ahora bien,
si andamos en la senda de amor, entonces debemos intentar vivir construyendo la
mayor suma de buenos momentos, y es así como había salido en la mañana y cuando
regresé me fui a regar las plantas de la parte este del patio, y se me acercó
mi hijo Fabio, y me mostró cuatro semillas de guama de agua que se las regaló
la vecina Hortensia, y cuando se alejaba de mi lado, le dije que me diera una,
busqué un tubo viejo y desmenucé la tierra y ahí sembré la semilla del lado
donde están los ciruelos, el naranjo, maniritos, chayas, el merecure, el
riñonero y el guanábano, las ixoras, un guayabo, otro guayabo sabanero y una
plantica rastrera que no le sé el nombre y solo le digo la matica de la hermosa
florecita azul, y el espinito que cada vez que lo miro, me hace recordar los
octosílabos en Florentino y el Diablo,
de la leyenda escrita por Alberto Arvelo Torrealba:
… Yo soy como el espinito
que en la
sabana florea,
le doy
aroma al que pasa
y espino
al que me menea…
Y seguí construyendo este buen momento en
mis afanes de hoy, tomé la manguera y pasé al lado de los piñeros, icacos,
cocoteros, guayabos y cuando estaba bajo la sombra del almendro, llegó mi
consuetudinaria visita de una mariposita monarca
que revoloteaba agitando sus perfectos y hermosos banderines simétricos, y
sonreí pensando en estas líneas…
Ahora cuando estoy dando toque final, me
acompañan los cantos seguidos y armoniosos de cucaracheros y azulejos detrás de
mí en las cercanías del lado este del patio…
No hay comentarios:
Publicar un comentario