Se fue mi presbicia y
también el año viejo
Hoy dos de enero ya cogió vuelo el 2014,
anteanoche en Misión de Abajo, en casa de mi hermana mayor nos abrazábamos y
nos dábamos el feliz año, como la canción… Un
feliz año pa’ ti, un feliz año pa’ todos, un feliz año…
Hoy me despertó el canto del gallo de una
vecina, y mi mujer estaba a mi lado calientica, y nos levantamos un buen rato
después…
Me fui al patio a regar las matas, y cogí
una hoja de noni y me la comí, porque no olvido que estuve como dos años
comiendo dos hojitas tiernas de noni, mientras regaba las matas, y una buena
mañana me senté bajo el porche de casa, y me había llevado un libro para leer,
y había dejado los lentes en alguna parte dentro de la casa, y me di cuenta de
que estaba leyendo sin dificultad sin los lentes contra la presbicia, luego fui
y busqué otro libro con las letras más pequeñitas, como las letricas de las
recetas de los fármacos, y las podía leer tranquilamente, ¡qué maravilla y qué
alegría!, y desde hace como tres años, me libré del peso de los lentes…
Ahora le digo el cuento a los que usan
lentes contra la presbicia y me oyen con desdén, otros ni me prestan atención,
y algunos me han dicho que lo hicieron, y que siguen usando los lentes, porque
no les hizo bien… Y bien, sucede que no es cuestión de una o dos veces, es una
práctica constante en días y meses, de uno a dos años… Yo sembré dos maticas
pequeñitas que me las dio mi comadre, la que vive al frente de mi casa, y las
riego y sigo comiendo de vez cuando dos hojitas, porque según sirve también
para mantener la fluidez de la circulación, y bueno, yo ya tengo un poco más de
sesenta años…
Yo juego dominó, bolas criollas, bingo y
naipes, no es vicio, y también hago mis rutinas de caminar setenta minutos en
las tardes, no es un plan inexorable, pero ahora mismo estoy pensando en hacer
tal caminata esta tarde, o si no me voy a Los Mereyes a jugar dominó, bolas
criollas o barajas, o las tres cosas, una después de la otra…
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