Poesía cotidiana en sensibilidad y
hermosura
A los matemáticos los puede cautivar El hombre que calculaba, escrita por
Malba Tahan, pero también los puede asombrar una flor lozana y fragante frente
a sí, porque los ingenieros y todos los que se dedican al mundo de los cálculos
y de los números no están exentos de dejarse llevar por instantes sensoriales
diversos como abrazar a los hijos, a la mujer amada, observar un amanecer o una
puesta de sol…
¿Quiénes escapan a lo cotidiano? Nadie renuncia
a no comunicarse con familiares, amigos y demás seres humanos de los diversos
entornos, y a la vez cada uno de nosotros nos concedemos nuestros espacios y
tiempos íntimos, para reorientarnos, planificar, reflexionar acerca de nuestras
necesidades básicas materiales y espirituales…
Los biólogos y los pares afines a las ciencias
de la vida pueden sorprenderse leyendo Los
cazadores de microbios, y asimismo se pueden rendir ante cada manifestación
de belleza del universo, permanecer en estado de contemplación por la magia y
misterio de una gota de rocío suspendida sobre los pétalos de una rosa viva y
radiante, y hacen momentos poéticos solo con quedarse mirando en silencio el
vuelo de las aves o escuchando la armonía de la lluviecita sobre las plantas…
Las amas de casa así sean analfabetas
están en poesía cuando invierten momentos para mirarse en el reflejo del
almíbar donde cuecen los buñuelos o el quesillo, así como todos somos notas
imprescindibles de la música que conforma al universo infinito y eterno…
Si nos diéramos cuenta de que vivimos en
poesía, de que cada inicio de vida es un milagro, y de que cada aliento que nos
mantiene vivos es una nota en el pentagrama perfecto de Dios, y asimismo cuando
nos alimentamos, para tener en la mesa cada uno de los componentes de esa
comida, perderíamos la cuenta de gente, tiempo, espacio y circunstancias que
hicieron posible llegar al punto de estar preparados y dispuestos para ingerir
los varios sabores que llevamos al paladar…
Entonces, concluyamos que las palabras que
escuchamos y decimos tienen su música, y así cantamos, y cada momento por más
burdo y feo, que nos pueda parecer, quizás lleva en sí una muestra de poesía
cotidiana en sensibilidad y hermosura…
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