En el sesquicentenario de la creación de la Diócesis de Calabozo es
necesario comprender este hecho a partir del análisis de la relación
Religión-Cultura, partiendo como una realidad cultural enmarcada dentro de las
actividades realizadas por los hombres en cualquier momento circunscrito dentro
de los criterios de totalidad, sin excluir ningún elemento para su
interpretación. Por consiguiente, se abordará no solo la dimensión religiosa
sino también otros aspectos donde la sociedad tomó parte como actor del
desarrollo histórico al ser abordado.
En tal sentido, estudiar este proceso a
partir de los sujetos intervinientes que en este caso tuvieron que ver con la
conformación de la Diócesis
de Calabozo, teniendo en cuenta que el día siete de marzo de este dos mil trece
se cumplen ciento cincuenta años del decreto de promulgación por su Santidad
Pío IX, gracias a la Bula Pontificia ,
y por consiguiente se debe tomar en cuenta todos los aspectos de interés, que
tienen relación con la creación de esta Institución Diocesana, que ha sido
decretada para su futuro desenvolvimiento en el tiempo. Se tiene el hecho de
que la gran extensión del territorio eclesiástico de las Diócesis de Caracas y
de Mérida impiden un mejor desempeño para la administración de la fe católica,
y tras discusiones en los planos civil y religioso se llega al convencimiento
de la necesidad de creación de otras Diócesis para lograr una mejor labor de
esta actividad espiritual. Por lo antes expuesto, el Congreso Nacional el 8 de
mayo de 1847 decretó la creación de las Diócesis de Barquisimeto y de Calabozo,
en atribuciones del Estado venezolano, y con los acuerdos estipulados con la Iglesia (Patronatos y
Concordatos), para un mejor y mayor servicio religioso a los pobladores de los
llanos centrales, que abarcaban la
Provincia de Caracas, los Cantones de Calabozo, Chaguarama,
Orituco, San Sebastián de los Reyes y las Parroquias de Apure, los Cantones de
Nutrias y Guanarito, la de Carabobo y el Cantón de El Pao; hoy en día dicho
territorio comprendería todo el Estado Guárico, gran parte del Estado Apure, y
algunos poblados de los Estados Cojedes, Portuguesa, Barinas y Aragua. Es
necesario señalar que después del proceso independentista, siempre se buscó
conservar incólume el espíritu religioso, y de allí el interés del decreto que
autorizaba la creación de nuevas Diócesis para atender a los ciudadanos con
estos servicios de fe, a pesar de los diferentes desencuentros entre la alta
jerarquía eclesiástica y los gobernantes de turno hasta finales del siglo XIX.
Una vez sancionado el Decreto por el Poder
Legislativo, el Poder Ejecutivo lo refrenda, la Arquidiócesis eleva ante el Papa la factibilidad de los
puntos de vista religioso y de garantías económicas que la nación estaba
dispuesta a aportar para el funcionamiento de las Diócesis de Barquisimeto y de
Calabozo, y en consecuencia Pío IX emite la
Bula Papal del siete de marzo de mil
ochocientos sesenta y tres, con la que se hace oficial la erección de la Diócesis de Calabozo.
José Aquino
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