jueves, 24 de noviembre de 2016

En vuelo de golondrinas


En vuelo de golondrinas

Me suspendo en vuelo de golondrinas,
con ellas remonto las nubes,
comprendo alturas y pequeñeces:
Cómo nos gusta recibir y ser atendidos,
mas cuán difícil se nos hace dar y servir.
Vuelan las golondrinas
y con ellas me suspendo
sobre tierras bajas y altas, sobre montañas,
mares y ríos, y sobre egoísmos y mentiras.
Nada me piden las golondrinas,
solo me dejan andar en sus vuelos,
nada esperan de mí,
solo me dan sus remontadas.
Invencible me siento en mi vuelo de golondrinas,
vencedor soy,
domino la gravedad,
me siento hoja en el viento,
soy lluvia, estero, montaña, mar, aurora y ocaso.
Me hicieron su amigo estas golondrinas,
me aferro a sus alas, a sus vuelos.
Vuelvo a ser mortal de a pie,
me miro tan pequeño,
venzo mi vanidad, mis pequeñeces, mis mentiras,
sé que es tan difícil vencerlas de un todo,
mas cada día ando en esos intentos.
Me gusta el variosabor de las frutas,
me estremece la sonrisa de los niños,
me salgo de mí,
cuando escucho música que me gusta,
me suspenden esa música y las golondrinas.
Cada día busco ser diferente,
intento ser mejor persona,
busco aprender a olvidar y a perdonar.
Busco perdonarme y perdonar,
me miran las golondrinas,
cómo ríen de mí,
también yo me río de mí;
se alzan las golondrinas,
me dan sus alas,
alzamos los vuelos,
volamos, giramos,
abrevamos espacios y sueños.
                                                      Adelfo Morillo

   

Alma de niños


Alma de niños

Qué tristes pasan por la vida los mentirosos,
los resentidos, los rencorosos, los tramposos,
los hipócritas, los estafadores, los perjuros,
todos estos seres naufragan en el desamor;
oremos por ellos,
para que comulguen con el amor,
para que renazcan en la verdad,
en la dádiva y en la alegría,
para que sean comprensivos, cristalinos…
Qué tristes pasan por la vida los ladrones,
los asesinos, los violadores,
ellos se aniquilan en inconsciencia,
se colman de venenos
y se alejan de la sana conciencia;
oremos por ellos,
para que en el penúltimo aliento de su sana conciencia
vuelvan al mundo de luz y amor…
Con alegría oremos
para que cada vez sean menos los que se pierden
en el submundo del desamor…
Si andamos con amor y comprensión, no juzgamos,
si andamos con amor y comprensión, escuchamos,
atendemos, orientamos, confiamos, nos damos, damos…
Hoy miré la mirada de dos niñas,
me miré en el candor de sus miradas,
y pienso Son los niños y las niñas ríos de pureza;
los más perdidos en desamor abusan de niños y niñas,
los asesinan, los ultrajan, los violan, sin piedad;
oremos por esos perdidos,
para que vuelvan al mundo de luz y amor…
En el mundo de amor los niños y las niñas florecen,
alumbran con sus sonrisas, con sus juegos, con sus sueños,
con sus tremenduras, con sus inventivas,
con sus perfumes de divinidad infinita…
No sé cuánto tengo de adulto,
me alegro, porque sigo pensando y sintiendo con corazón de niño,
me siento afortunado en mi mundo de niño,
sé que el mundo de amor gira con alma de niños…

 Adelfo Morillo 

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Dos soñadores: Ríos Reyna y Tomás Lugo



Dos soñadores: Ríos Reyna y Tomás Lugo
                                                                                        Eloi Yagüe Jarque

       Pocas veces en la vida se da la confluencia de varias circunstancias que permiten a los soñadores plasmar en la realidad lo mejor de sus fantasías. Hubo dos hombres que coincidieron en el tiempo y en el espacio, y aunque tenían profesiones diferentes compartieron un sueño en común: que Caracas tuviese, al fin, la sala de espectáculos más grande e importante de América Latina: el Teatro Teresa Carreño. Ellos fueron Pedro Antonio Ríos Reyna, músico, y Tomás Lugo, arquitecto.
       Pedro Antonio Ríos Reyna nació en San Juan de Colón, estado Táchira, el 6 de noviembre de 1903; fue un violinista, compositor, director de orquesta y promotor cultural venezolano.
       Trasladado junto a su familia a Caracas, comienza en esta ciudad su formación musical en 1913, cuando empieza a recibir clases de violín del maestro José Lorenzo Llamozas. Posteriormente, en la Escuela Superior de Música, donde recibe clases de armonía y composición de la mano del maestro Vicente Emilio Sojo, también recibe instrucción por parte de Juan Bautista Plaza, de Historia de la Música. Habiendo recibido una beca para estudiar en Bruselas, debió declinar a la misma debido al fallecimiento en 1917, de su padre y de su hermano, lo que lo obliga a hacerse responsable del sustento de la familia, lo cual hace interpretando el violín en diversos teatros de la ciudad capital. Desde 1920 se dedicó a la docencia, dando clases de violín en la Escuela Superior de Música, labor en la que permanecería hasta 1934. A partir de 1926 hasta la disolución de la Unión Filarmónica de Caracas en 1929, se desempeña como secretario general de la misma, siendo también violín concertino en esta institución.
       Ríos Reyna perteneció al grupo de músicos en 1930, de la Orquesta Sinfónica Venezuela (OSV), de la que fuese violín concertino hasta 1963, año en que un accidente perjudicó la movilidad del dedo meñique de su mano izquierda. Continuó dentro de la orquesta como formador, director y presidente de la misma hasta su muerte.
       En 1970 fundó la Orquerta Experimental de la Orquesta Sinfónica Venezuela, considerada la precursora del vasto movimiento musical conocido como El Sistema dirigido por el maestro José Antonio Abreu.
       Durante años Ríos Reyna estuvo empeñado en construir una sede permanente para la Orquesta Sinfónica Venezuela. Finalmente obtuvo del Presidente Rafael Caldera la donación de un terreno en el parque Los Caobos, para la construcción de la tan anhelada sede. Desafortunadamente, el músico no logró ver su sueño realizado, pues el 13 de febrero de 1971, mientras realizaba gestiones relacionadas con la Orquesta Sinfónica, fallece arrollado por un vehículo de carga en la ciudad de Nueva York.
       Pocos meses después, en junio, un trío de destacados arquitectos gana el concurso convocado por el Gobierno para construir un gran teatro en terrenos del Parque Los Caobos. Ellos fueron Tomás Lugo, Jesús Sandoval quien fallecería en 1977 y Dietrich Kunckel.
       Tomás Lugo nació en San Tomé, estado Anzoátegui, en 1944. Fue arquitecto egresado de la Universidad Central de Venezuela. Inició su aprendizaje como asistente de arquitecto con el profesor Fruto Vivas en los proyectos del hotel de Ciudad Guayana y del Ateneo de Boconó. Desde 1967 se desempeñó como profesor de Composición Arquitectónica en la Facultad de Arqitectura de la U.C.V.
       El trabajo de Lugo ha sido clave para la construcción de Parque Central, el diseño de los nuevos espacios del Museo de Arte Contemporáneo y la Casa de la Música. Igualmente creó el Centro de Acción Social para la Música (Caspm) de Quebrada Honda, la sala cultural de BOD-Corp Banca de La Castellana, así como otros auditorios.
       Finalmente, el Teatro Teresa Carreño fue inaugurado el 19 de abril de 1983. La sala principal fue bautizada como Ríos Reyna como homenaje a quien logró la realización de tan importante sede para la cultura musical. Por su parte, el nombre del maestro Tomás Lugo, quien falleció este 2 de noviembre, quedará en la historia como el arquitecto que diseñó el Complejo Cultural Teatro Teresa Carreño.    


jueves, 3 de noviembre de 2016

Siembras



Siembras

Una caricia tuya me colma de luz,
una de tus miradas me llena de candor,
mi nombre en tus labios me inunda de alegría;
sigo enamorado de tu piel, de tu mirada
y de tus labios, toda tú eres mi poesía.
Hoy sembré una lluvia de oro,
frente a los ciruelos de frutas verdirrojas;
miro las nubes con atisbos de lluvias
y en esta mañana de frescura y calor
rondo este variopinto florecer.
Aspiro mirarte enamorada,
imagino el perfume de tu andar,
sigo soñando mírarte enamorada;
desde muy joven te traigo en mis sueños,
esos que recuerdo recostado a la pared de una bodega,
y mientras sonaba una canción,
yo te soñaba, te imaginaba en silencio,
y sigo en silencio el recuerdo de esa canción,
y cuando tomo tus manos,
me inunda la alegría
y me dejo llevar por el sonido de esa canción;
mi amor se cumplirá,
mi amor con tus encantos,
mi amor de certezas y adivinanzas.

                                                                  Adelfo Morillo

lunes, 31 de octubre de 2016

Un regalo de Dios



Un regalo de Dios

Me he equivocado tantas veces,
a veces me molesto tanto, tantísimo;
volveré a equivocarme,
quisiera molestarme, sin llegar a la ira;
que se vaya de mí cada antigua molestia,
ahora me perdono,
espero que yo haya sido perdonado;
cada mañana cuando despierto
y me encuentro de nuevo ante la vida,
elevo una oración de gracias y de pedidos a Dios,
me levanto
y me lanzo al encuentro del nuevo día,
saludo las luces del alba,
camino frente al patio,
escucho el canto de los pájaros;
miro que hay un hueco al pie de un limonero,
llovió y ahí en el hueco bebe agua un pájaro carpintero,
muy cerca sobrevuela y canta un cucarachero,
también vuela y ronda un azulejo,
unas torcazas se arrullan
y unas mariposas monarcas se cruzan con otras multicolores;
sonrío y me digo Esto es un regalo de Dios;
y elevo una plegaria de fe
porque me hayan perdonado mis antiguas feúras.
En la vida cada día cuántas cosas nos sorprenden,
es tan poco lo que sabemos;
miro cada momento, cada espacio,
y pienso, comprendo, aprendo, aspiro, siento y sueño;
y elevo una plegaria de fe,
porque me hayan perdonado mis antiguas feúras,
si han olvidado, han perdonado,
con fe siento que así ha sido
y como me han perdonado,
entonces sonrío a la vida
y me lanzo con alegría al encuentro de este nuevo día.

                                                                       Adelfo Morillo



Ángel y mujer


Ángel y mujer

Ángel y mujer,
te pienso desde esa mañana de junio,
te siento en cada esencia de mi ser.
Ángel y mujer,
andas en burbujas de nácar,
te sueño en dulzuras de amor,
te huelo en fragancias de luna,
te escucho en madrigal de ternezas
y solo te hablo sutilezas.
Ángel y mujer,
en tus formas sin par,
cuando me miras,
siento un mundo de paz,
cuando me acompañas,
vivo dichas y tantas cosas más.
Ángel y mujer,
ando en ti con suspiros de amanecer,
cumplo en ti ideas de hoy con mañana;
cuando estoy despierto,
en vida sueño,
cuando duermo en ti sueño.
Ángel y mujer,
la lluvia endulza instantes de mi vida,
en estas letras andan tus formas;
nos miramos en una mañana de junio,
desde entonces se hizo plenilunio
y la noche brinda conticinios de amor.
Ángel y mujer,
por ti el llano se hizo bendito,
ahora pasan bandadas de garzas rojas y blancas,
pasan en esta tarde septembrina;
todo se vuelve hermosas armonías,
por ti alegra el día,
por ti ilumina la noche;
ángel y mujer,
ando en ti un sueño de amor.
              

                                                           Adelfo Morillo