Dos
soñadores: Ríos Reyna y Tomás Lugo
Eloi Yagüe Jarque
Pocas
veces en la vida se da la confluencia de varias circunstancias que permiten a
los soñadores plasmar en la realidad lo mejor de sus fantasías. Hubo dos
hombres que coincidieron en el tiempo y en el espacio, y aunque tenían
profesiones diferentes compartieron un sueño en común: que Caracas tuviese, al
fin, la sala de espectáculos más grande e importante de América Latina: el
Teatro Teresa Carreño. Ellos fueron
Pedro Antonio Ríos Reyna, músico, y Tomás Lugo, arquitecto.
Pedro
Antonio Ríos Reyna nació en San Juan de Colón, estado Táchira, el 6 de
noviembre de 1903; fue un violinista, compositor, director de orquesta y
promotor cultural venezolano.
Trasladado junto a su familia a Caracas, comienza en esta ciudad su
formación musical en 1913, cuando empieza a recibir clases de violín del
maestro José Lorenzo Llamozas. Posteriormente, en la Escuela Superior de
Música, donde recibe clases de armonía y composición de la mano del maestro
Vicente Emilio Sojo, también recibe instrucción por parte de Juan Bautista
Plaza, de Historia de la Música. Habiendo recibido una beca para estudiar en
Bruselas, debió declinar a la misma debido al fallecimiento en 1917, de su
padre y de su hermano, lo que lo obliga a hacerse responsable del sustento de
la familia, lo cual hace interpretando el violín en diversos teatros de la
ciudad capital. Desde 1920 se dedicó a la docencia, dando clases de violín en
la Escuela Superior de Música, labor en la que permanecería hasta 1934. A
partir de 1926 hasta la disolución de la Unión Filarmónica de Caracas en 1929,
se desempeña como secretario general de la misma, siendo también violín
concertino en esta institución.
Ríos
Reyna perteneció al grupo de músicos en 1930, de la Orquesta Sinfónica
Venezuela (OSV), de la que fuese violín concertino hasta 1963, año en que un
accidente perjudicó la movilidad del dedo meñique de su mano izquierda. Continuó
dentro de la orquesta como formador, director y presidente de la misma hasta su
muerte.
En
1970 fundó la Orquerta Experimental de la Orquesta Sinfónica Venezuela,
considerada la precursora del vasto movimiento musical conocido como El Sistema dirigido por el maestro José
Antonio Abreu.
Durante
años Ríos Reyna estuvo empeñado en construir una sede permanente para la
Orquesta Sinfónica Venezuela. Finalmente obtuvo del Presidente Rafael Caldera
la donación de un terreno en el parque Los Caobos, para la construcción de la
tan anhelada sede. Desafortunadamente, el músico no logró ver su sueño
realizado, pues el 13 de febrero de 1971, mientras realizaba gestiones
relacionadas con la Orquesta Sinfónica, fallece arrollado por un vehículo de
carga en la ciudad de Nueva York.
Pocos
meses después, en junio, un trío de destacados arquitectos gana el concurso convocado
por el Gobierno para construir un gran teatro en terrenos del Parque Los
Caobos. Ellos fueron Tomás Lugo, Jesús Sandoval quien fallecería en 1977 y
Dietrich Kunckel.
Tomás
Lugo nació en San Tomé, estado Anzoátegui, en 1944. Fue arquitecto egresado de
la Universidad Central de Venezuela. Inició su aprendizaje como asistente de
arquitecto con el profesor Fruto Vivas en los proyectos del hotel de Ciudad
Guayana y del Ateneo de Boconó. Desde 1967 se desempeñó como profesor de
Composición Arquitectónica en la Facultad de Arqitectura de la U.C.V.
El
trabajo de Lugo ha sido clave para la construcción de Parque Central, el diseño
de los nuevos espacios del Museo de Arte Contemporáneo y la Casa de la Música.
Igualmente creó el Centro de Acción Social para la Música (Caspm) de Quebrada
Honda, la sala cultural de BOD-Corp Banca de La Castellana, así como otros
auditorios.
Finalmente, el Teatro Teresa Carreño fue inaugurado el 19 de abril de
1983. La sala principal fue bautizada como Ríos Reyna como homenaje a quien
logró la realización de tan importante sede para la cultura musical. Por su
parte, el nombre del maestro Tomás Lugo, quien falleció este 2 de noviembre,
quedará en la historia como el arquitecto que diseñó el Complejo Cultural Teatro
Teresa Carreño.
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