Respeto
por la palabra 90
Por el canto de las chicharras
En
lo que llevamos de año 2.021, aquí en Villa de Todos los Santos hemos pasado
por fenómenos extraordinarios, pareciera chiste, mas esta vez las chicharras
lograron con alegría sus plegarias: cantaron, cantaron que cantaron, cantaron y cantaron
pidiendo lluvias al cielo y cosa asombrosa cayeron lluviecitas incluso el 31 de
marzo, hasta esa última noche marcera disfrutamos de frescuras inusitadas; y como
para que no olvidemos que estamos en tiempos de sequía, a las torcazas las escuchamos
con su canto: templa sol, templa sol..., y nos llega abril con fuegos de sol
templado; y si revisamos Florentino y el Diablo..., obra en octosílabos escrita
por el poeta barinés Alberto Arvelo Torrealba, en dos de sus líneas, leemos: las
chicharras atolondran / el cenizo anochecer...; sí, vuelven las chicharras, las
miramos cómo cantan sobre los tallos de los árboles, en la plaza Simón Bolívar,
en la plaza José Antonio Páez, en la
plaza Francisco Lazo Martí, en la plaza Rafael Urdaneta, también en la plaza
Carlos Segundo Madera de Misión de Arriba de Nuestra Señora de los Ángeles, en
dichas plazas miramos las chicharras sobre los tallos de los árboles, cuando
cantan, cantan que cantan, cómo cantan, cantan y cantan pidiendo lluvias al
cielo...; porque sí, ahora estamos bajo
este abril con fuegos de sol templado, como dándole gusto a las torcazas en su
cantilena: templa sol, templa sol...
Adelfo Morillo
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