Respeto
por la palabra 103
Por hoy, por la buena salud y por la alegría y la paz
Ayer
ocupamos parte del día, primero atendiendo el horno de leña para carbón, desde
las diez de la mañana, cuando encendimos la leña, hasta las doce y quince,
cuando ya estuvo en su punto la carne horneada; mientras almorzábamos,
recordaba el capítulo Juan, el veguero..., de la novela Cantaclaro..., escrita
por el venezolano Rómulo Gallegos; hoy cuando escribo estas líneas, reviso la
novela editada en 1.985 en Bogotá por Editorial La Oveja Negra y en la página 30
leemos la copla que menciona Juan, el veguero: Hasta los palos del monte /
tienen su separación: / unos sirven para leña / y otros para hacer carbón... Ayer a las tres de la tarde, encendimos
el fogón de leña, montamos la olla con mangos maduros y mientras se estaban
cocinando, María pelaba y picaba cincuenta mangos maduros para hacer dulce;
bajamos los mangos para el jugo, tomamos agua de esa ya hervida y echamos una
parte en el caldero con los trozos de panela, al rato echamos en el caldero la
pulpa de los mangos, cuando estuvo a punto el dulce, montamos en el fogón la
olla con avena y leche para la cena y cuando estábamos sentados degustando la
cena, nos alegraba el perfume que nos llegaba de los tres espinitos florecidos
en el patio este de la casa y agradecíamos a Dios por el día presente, porque
nos mantenga con buena salud y por estar cenando con alegría y en sana paz...
Adelfo Morillo
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