Respeto por la
palabra 89
Fantasía
Anoche
temprano había brisotes, rocío volandero y frescura, aun no asomaba la luna
llena; salgo de casa y me inunda perfume de jazmín; esta mañana de miércoles,
último día de Semana Santa marcera, después de mis oraciones, salgo al patio y
miro bajo la palma una florecita de jazmín amela (de miel), recuerdo que a mi
mamá la alegraba tanto esta flor; y sí, amigos lectores, si queremos escribir,
miremos la naturaleza en sus infinitas manifestaciones; RBA Editores, S. A., en
1.993, Barcelona, España, publica la novela El nombre de la rosa..., del
escritor italiano Umberto Eco, en la página 59 leemos, cuando Ubertino le dice
a Guillermo: La naturaleza es buena porque es hija de Dios... Los poetas y las
poetisas cantan cosas maravillosas: impresiones del palmar, a las tantas cosas
bonitas, a las brisas, a los caminos terrestres o a los ríos, caminos que andan
hasta llegar a la mar, a flores campanitas fucsias, azules o de cristal, a las
candilejas, ilusiones que nos mantienen jóvenes hasta el último aliento de
nuestras vidas, a las madres, a los padres, a los hijos, al amor, a los
amigos... Amigos lectores, andemos con sensibilidad de escritores, de poetas,
esa de mirar, de admirar y de asombrarse y luego pintemos con palabras y
contemos grandes o pequeñas cosas de forma como puedan llegar a la fantasía
teatral y mágica de los niños y de mujeres y de hombres con corazón de niño...
Adelfo Morillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario