miércoles, 20 de mayo de 2020

Salmo 104




Salmo 104

     Del Antiguo Testamento Salmo 104 (de la lengua latina psalmus y esta de la lengua griega psalmós, pulsar cuerdas de instrumentos musicales). Con salmos, himnos y canciones es como debemos alabar a Dios, darle gracias por dones gozosos recibidos, implorar su misericordia en las necesidades, aceptar la santidad de su ley, sin olvidar las obras y prodigios de su paterna providencia.  
Canto a la belleza de la creación
     1. Almas nuestras, bendigamos a Dios. Dios nuestro, grande eres, revestido de gloria y de majestad.
     2. Cubierto estás de luz como de un ropaje. Extendiste los cielos como pabellón o cortina.
     3. Cubriste de agua la parte superior de los cielos.
Tú haces de las nubes tu carroza; corres sobre las alas de los vientos.
     4. Haces a tus ángeles veloces como los vientos y a tus ministros activos como fuego abrasador.
     5. Cimentaste la tierra sobre sus propias bases, jamás se desnivelará.
     6. La tierra se hallaba cubierta de inmensas aguas.
     7. Las aguas echaron a huir ante el estampido de tu trueno.
     8. Se mantienen las aguas en el lugar que le estableciste.
     9. Le fijaste un término a las aguas para que no vuelvan a cubrir la tierra.
    10. Tú haces brotar las fuentes en los valles y que filtren las aguas por en medio de los montes.
    11. De esas aguas beberán todas las bestias del campo.
    12. Junto a esas bestias habitarán las aves que desde entre las peñas harán sentir sus gorjeos.
    13. Tú riegas los montes con las aguas que envías de lo alto; colmas la tierra de frutos que Tú haces nacer.
    14. Tú produces el heno para las bestias y la hierba que da grano para sustento de la gente.
    15. Y el vino que recrea el corazón de las personas, de forma que lo alegre y con el pan renueve sus fuerzas.
    16. Dios, creaste la Luna para regla de los tiempos y el Sol cumple puntualmente con el ocaso.
    17. Tú ordenaste las tinieblas y diste comienzo a la noche.
    18. Cuando el Sol alumbra, sale entonces la gente a su trabajo hasta la noche.
    19. Dios, cuán grande es cada una de tus obras, sabiamente las has hecho.
    20. Tuyo, Dios, es el mar grandioso, en él viven  peces pequeños y grandes.
    21. Sustentas a tiempo a cada uno de los animales.
    22. En su momento enviarás tu Espíritu y renovarás la faz de la tierra.
    23. Cantemos, almas nuestras, cada día alabanzas a Dios.
    24. Cada momento alegre o triste es según voluntad de Dios.
    25. Almas nuestras, bendigamos a Dios.  Dios nuestro, grande eres, revestido de gloria y de majestad.
 Adelfo Morillo


Editado por María Ríos 

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