Siempre en el amor
Tanta gente se ha
dado a mí,
gente conocida y
gente desconocida,
compañeros de
estudio,
compañeros de
trabajo,
amigos y amigas,
a orillas del
Apure
y a orillas del
Guárico,
en la Villa de
Todos los Santos,
en mis primeros
años de vida,
en mis grados de
primaria,
en mis años de
bachillerato;
en mis estudios de
Letras,
en la Universidad de los Andes,
en Mérida,
a donde llegué con
tantos sueños
y con tantas
confusiones,
con una gruesa
madeja de confusiones,
miraba según mi
yo,
mi yo era tan duro
y tan difícil,
cómo necesitaba
claridades
y entre tanta
gente,
un buen día nos
encontramos
y empezamos a
hacernos amigos,
ella y yo,
comencé por
enamorarme de ella,
no llegamos a ese
amor,
llegamos al amor
de Dios
y ella empezó a
desbrozar mi camino,
mi yo avanzaba y
retrocedía,
mi yo era un
cotidiano vaivén
y un buen día,
elegí amar a mi primera
mujer
y a mi amiga no
supe responder,
mi yo seguía
confuso;
mas en el tiempo
volví a la Villa
de Todos los Santos,
ahora a cada
instante
me entrego a
desbrozar mi camino,
siempre surgen
brozas,
mas ya no son tan
duras y difíciles,
estas brozas me llevan
a hacer amigos,
ahora comprendo
cada día más,
ahora me doy cada
vez más,
se ha suavizado mi
yo,
me doy a mi
comprensión,
gracias al amor en
Dios,
Él es la
perfección,
yo solo busco mi
comprensión,
siempre en el
amor.
Adelfo Morillo
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