En alma y corazón
Esa mañana no la
olvido,
nos despedimos,
nos dimos un
suspenso
en nuestra forma
de vida;
me vine caminando
solo,
al rato pasaste
por un lado,
casi me caigo,
pudo ser en mayo,
ahora no recuerdo,
de esa mañana hace
más de media vida
y ahora sigues tu
vida
y yo sigo mi vida;
cada mañana te
entregas a tus cosas,
cada mañana me
entrego a mis cosas
y así andamos tú y
yo,
nos encontramos en
mensajes de texto,
tú por allá,
yo por acá,
me alegra tu vida,
me alegra mi vida,
tú y yo junto a
los ríos,
junto a
atardeceres,
junto a canciones,
juntos cada día,
juntos en tantas
cosas,
en ese entonces
que no olvido.
Esa mañana que no
olvido,
no fue para
separarnos,
sino para unirnos
hasta este tiempo
de cada día,
hasta estos
momentos de cada noche;
me hago preguntas,
cada una sin
respuesta,
porque cada
respuesta es incierta,
porque cada una
responde a mi visión,
cada una responde
a prejuicios
de mi razón
y la única razón cierta
fue que nos encontramos,
nos conocimos
y nos dimos en
alma y corazón.
Adelfo Morillo
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