sábado, 15 de julio de 2017

Desnudeces de alma

Desnudeces de alma

Cada cierta vez
me acuerdo de aquella noche,
cuántas cosas me dijiste,
sé que eran palabras bonitas,
de las tantas que siempre me decías,
mas esa noche solo recibí,
recibí todo cómo te diste,
te diste sin desnudeces de cuerpo,
solo me diste desnudeces de alma
y así me acuerdo con alegría;
yo andaba tan confundido,
te tenía en un lugar tan alto,
muy lejos de mí
que andaba tan confundido;
quizás en ti también había confusión,
mas ahora en el tiempo
me doy cuenta
y me alegro por ti
y me alegro por mí,
no nos ganó la confusión,
elegimos, decidimos
y entonces cada cierta vez
me acuerdo de aquella noche,
no sé si hubo luna,
no sé si hubo luceros,
no sé si hizo frío,
solo sé que recibí,
te recibí en silencio,
como nunca antes, estuve en silencio,
yo que era un parlanchín,
estuve callado y te escuchaba
y me encantabas en tus ojos
y me alegrabas en tus gestos
y ahora me acuerdo,
me acuerdo de aquella noche,
al principio hubo canciones,
mas luego te volviste canciones
en tus palabras, en tus ojos
y en tu íntima fragancia
de tu amor sin arrogancia,
como siempre fuiste para mí;
me recibiste,
me amaste en tus desnudeces de alma,
antes de esa noche,
durante esa noche
y también después de esa noche
me amaste en desnudeces de alma.


                                        Adelfo Morillo

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