sábado, 11 de febrero de 2017

Velada poética bajo el sol


Velada poética bajo el sol

       A las diez de la mañana comenzamos La velada poética bajo el sol…, fiesta literaria que previamente fue convocada por la Universidad Rómulo Gallegos, para que fuera realizada por el Área de Humanidades, Letras y Artes, en la sede de su Escuela de Historia, en la Villa de Todos los Santos de Calabozo; en el díptico del Programa se lee Invitados Especiales Profesora Damelys García, Coordinadora de la Red de Decimistas y Declamadores del Estado Guárico, Poeta Salvador Lara, Profesor Adelfo Morillo; y en la página de Presentación, leemos

       La poesía es el arte del ser… La poesía pide la entrega del ser, una conciencia más honda que la inteligencia, una fidelidad más pura de lo que puede controlar la inteligencia, pide que se arranque de una vida que se quiebra, gasta, corrompe y diluye, pide que se esté vivo siempre, que nunca duerma, que nunca olvide, pide una obstinación sin treguas, densa y completa.
       La poesía es una explicación con el universo, convivencia con las cosas, participación con lo real, encuentro con las voces y las imágenes… El poema no habla de una vida ideal, pero sí de una vida concreta: resonancia de las calles, de las ciudades y de los cuartos, sombra de los muros, aparición de los rostros, silencio, distancia y brillo de las estrellas, respiración de la noche… Todo poeta, todo artista es artesano de un lenguaje… Quien ve el espantoso esplendor del mundo es lógicamente llevado a ver el espantoso sufrimiento del mundo… El poeta se confunde con aquel amor que, según Dante, mueve el sol y los otros astros
       *Estas son algunas palabras entresacadas del texto leído por Sophia de Mello Breyner Andresen, el 11 de julio de 1964, durante un momento del almuerzo de homenaje organizado por la Sociedad Portuguesa de Escritores, en ocasión de la entrega del Gran Premio de Poesía atribuido a su Livro sexto; la poeta nació en Oporto en 1919; y el texto en portugués fue traducido al castellano por el poeta argentino Rodolfo Alonso, nacido en 1934…

       Era una mañana de frescos alisios y de sol recio, cuando se dio inicio a la Programación que en su próposito busca

       Ofrecer un espacio para la lectura, la escritura y para la discusión con las comunidades respecto a la creación poética bajo el sol villatodosantino

        La Profesora Mirla Arveláez dirigió con voz y cuatro el canto de los que estábamos presentes del Himno Nacional, Himno del Estado Guárico y el Himno Villa Heroica de la Villa de Todos los Santos de Calabozo, letra de Rafael Delgado y música de Rafael Santamaría; de seguidas habló el Decano del Área Humanidades, Letras y Artes y de la Escuela de Historia de la Universidad Rómulo Gallegos, Profesor José Aquino, en sus palabras de bienvenida a los presentes dio a conocer los Caminos y Horizontes humanísticos que orientan los objetivos cotidianos de esta casa con que iremos abriendo espacios para que ninguna voz y ninguna manifestación de pueblo se quede en el anonimato, y para que a cada cosa buena que se crea y produce en el ilimitado mundo de la cultura se dé publicidad por los diferentes medios de información y comunicación de que ahora se dispone; posterior a tal discurso, intervino la Profesora Damelys García y nos hizo saber parte de la labor que desempeña la Red de decimistas y declamadores del Estado Guárico, y presentó a algunos de los integrantes de esta agrupación, Alejandro Morillo dijo que había ido hasta la casa de la Profesora Erlinda León, para que lo orientara acerca de qué asunto investigar para el Proyecto de Grado, y la Profesora le habló de la india guerrera María de los Ángeles de la Misión de Arriba, y que ahora está tan enamorado de tal mujer, y por ella y para ella escribió unas décimas para esta ocasión, y se dio el caso de que una estudiante muy linda de Tercer Año tiene por nombre María de los Ángeles, y a ella la tomó de inspiración durante su recitación; luego intervinieron Germania Pereira, María Juárez de Conigliaro y Miguel Ángel Cornielly, cada quien recitó décimas dedicadas a la Villa de Todos los Santos, y culminó la Profesora Damelys García recitando también décimas a la Villa y a la muñeca que en giro poético simboliza a la patria, Venezuela; luego escuchamos al poeta Salvador Lara, cuando recitaba algunos de sus poemas que según su sentir muestran semejanzas con algunas poesías del poeta villatodosantino Efraín Hurtado, y coronó su momento, a petición de los presentes de que recitara Rosalinda, poema en coplas muy sentido por el pueblo, en octosílabos de rimas consonantes, escrito por el zaraceño y nacional Ernesto Luis Rodríguez
                                           
                                        Me voy con la tarde linda
                                        recordando a la mulata.
                                        Un soplo de brisa ingrata
                                        de la copla se me guinda.
                                        Se llamaba Rosalinda
                                        Un romance del jagüey
                                        que en este llano sin ley
                                        se prendó de mis corríos,
                                        y entre amores y amoríos
                                        me la robé de un caney.

                                        Tenía los senos bonitos
                                        como las rosas abiertas,
                                        su voz en las cosas yertas
                                        fue como el sol de los mitos.
                                        Era apretada de gritos
                                        cuando la tuve al encuentro,
                                        pulpa de amor en el centro
                                        de sus pupilas saltonas,
                                        como las frutas pintonas
                                        que dicen mucho por dentro.

                                        Vino un joropo llanero,
                                        se puso lindo el caney.
                                        Yo jugué mi araguaney,
                                        mi cobija y mi sombrero.
                                        Perdí todo mi dinero
                                        -me quedé sin un centavo-
                                        y para sacarme el clavo
                                        con los nervios amargados,
                                        en la ley de un par de dados
                                        se la jugué a un indio bravo.

                                        Se amontonaron los peones
                                        para ver quién la ganaba;
                                        cada fibra me saltaba
                                        de los soleados pulmones;
                                        se ovillaron mis canciones
                                        en los silencios ignotos,
                                        y me dije entre sueños rotos:
                                        ¡Voy jugando a Rosalinda!,
                                        y el dado en la noche linda
                                        me devolvió mis corotos…

       En mi turno hablé de que el viernes tres de febrero, antes de Las Voces de Clío…, círculo de lectura de la Escuela de Historia, del Área de Humanidades, Letras y Artes de la Universidad Rómulo Gallegos, se me acercó la Profesora Mirla Arveláez y me solicitó que escribiera la letra de la escuela José Antonio Páez, y el lunes seis de febrero en horas de la mañana me senté frente a la computadora, y al rato ya había cumplido con la tarea solicitada, y tiene por nombre

Esta escuela, rosa de mi cantar

Manantial de tantos sueños,
es esta escuela, rosa de mi cantar;
aquí aprendo bajo estos cielos
y mi vida se vuelve canto de turpial.

Con amor en la voz de su garganta,
canta mi Villa de Todos los Santos,
porque cree en nosotros y su fe levanta,
para que nos demos sin quebrantos.

Andemos siempre alegres y firmes,
seamos fieles a la gloria de nuestro epónimo,
José Antonio Páez, y que él nos afirme,
para que con el estudio dejemos de ser anónimos.

El calor de esta tierra llana y amante
se nos vuelva amor en el alma,
y asi cada día seamos mejores estudiantes;
sembremos raíces, seamos recios como la palma.

Manantial de tantos sueños,
esta escuela es rosa de mi cantar,
aquí aprendo bajo estos cielos
y mi vida se vuelve canto de turpial.
                                                             Adelfo Morillo

       Y de pronto, se pone de pie Néstor León y dice Yo no soy poeta, pero sí me gusta declamar, y algunos de los presentes le solicitaron que declamara Justo Brito y Juan Tabares, poema escrito por Ángel Celestino Bello; y siguió el estudiante Freddy Mejías que recitó Poetas de mi tierra; y luego el estudiante Rosario Bruno se levanta y dice Yo no soy poeta, pero hace como veinte años escribí estos versos…; la estudiante Yannis Machado dio dos poesías de ella a la Profesora Mirla Arveláez para que las recitara, porque ella no termina de vencer el miedo escénico…
       Hizo de moderador de tal fiesta literaria el Profesor Wilmer Torres, que también en algún momento dejó escuchar su vena poética, y previo a esto, dijo que él llegó con su familia a la Villa de Todos los Santos, cuando contaba con nueve años de edad, y que ya para llegar el sueño lo vencía, pero que apenas escuchó que su papá dijo que estaban llegando, el sueño como por arte de magia desapareció, y que empezó a sentir desde ese momento una identificación sin par por esta tierra de calores y amores.
       Antes de empezar la Velada poética bajo el sol la Profesora Yuraima Ydrogo comentó al Profesor Wilmer Torres que no había ningún velo en esta Velada; y sí no hubo ni siquiera una nube que hiciera de toldo al solazo que alumbró desde las diez de la mañana hasta pleno mediodía, cuando se estaba cerrando las campanas de fiesta, mas sí hubo un gran velo tricolor con ocho estrellas blancas que daba realce al frente de los presentes, y la velada también significa reunirse bajo luz de velas en la noche o en un sitio oscuro, y en este día no hubo oscuranas en el ambiente ni en los espíritus, sí una inmensa luminaria rondando por un cielo celeste, y nosotros, unos sentados y otros de pie entre el espacio de la Casa de Alto, que en algún momento fue sabana abierta en medio de estos Caminos y Horizontes de cultura universitaria y comunitaria…


                                                                                                Adelfo Morillo

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