Velada poética bajo el sol
A las diez de la mañana comenzamos La velada poética bajo el sol…, fiesta
literaria que previamente fue convocada por la Universidad Rómulo Gallegos, para que fuera realizada por el Área de
Humanidades, Letras y Artes, en la sede de su Escuela de Historia, en la Villa
de Todos los Santos de Calabozo; en el díptico del Programa se lee Invitados Especiales
Profesora Damelys García, Coordinadora de la Red de Decimistas y Declamadores
del Estado Guárico, Poeta Salvador Lara, Profesor Adelfo Morillo; y en la
página de Presentación, leemos
La
poesía es el arte del ser… La poesía pide la entrega del ser, una conciencia
más honda que la inteligencia, una fidelidad más pura de lo que puede controlar
la inteligencia, pide que se arranque de una vida que se quiebra, gasta,
corrompe y diluye, pide que se esté vivo siempre, que nunca duerma, que nunca
olvide, pide una obstinación sin treguas, densa y completa.
La
poesía es una explicación con el universo, convivencia con las cosas, participación
con lo real, encuentro con las voces y las imágenes… El poema no habla de una
vida ideal, pero sí de una vida concreta: resonancia de las calles, de las
ciudades y de los cuartos, sombra de los muros, aparición de los rostros,
silencio, distancia y brillo de las estrellas, respiración de la noche… Todo
poeta, todo artista es artesano de un lenguaje… Quien ve el espantoso esplendor
del mundo es lógicamente llevado a ver el espantoso sufrimiento del mundo… El
poeta se confunde con aquel amor que, según Dante, mueve el sol y los otros
astros…
*Estas son algunas palabras entresacadas
del texto leído por Sophia de Mello Breyner Andresen, el 11 de julio de 1964,
durante un momento del almuerzo de homenaje organizado por la Sociedad
Portuguesa de Escritores, en ocasión de la entrega del Gran Premio de Poesía atribuido
a su Livro sexto; la poeta nació en
Oporto en 1919; y el texto en portugués fue traducido al castellano por el
poeta argentino Rodolfo Alonso, nacido en 1934…
Era una mañana de frescos alisios y de
sol recio, cuando se dio inicio a la Programación
que en su próposito busca
Ofrecer
un espacio para la lectura, la escritura y para la discusión con las
comunidades respecto a la creación poética bajo el sol villatodosantino…
La Profesora Mirla Arveláez dirigió con
voz y cuatro el canto de los que estábamos presentes del Himno Nacional, Himno
del Estado Guárico y el Himno Villa
Heroica de la Villa de Todos los Santos de Calabozo, letra de Rafael
Delgado y música de Rafael Santamaría; de seguidas habló el Decano del Área
Humanidades, Letras y Artes y de la Escuela de Historia de la Universidad Rómulo Gallegos, Profesor José Aquino,
en sus palabras de bienvenida a los presentes dio a conocer los Caminos y Horizontes humanísticos que
orientan los objetivos cotidianos de esta casa con que iremos abriendo espacios
para que ninguna voz y ninguna manifestación de pueblo se quede en el
anonimato, y para que a cada cosa buena que se crea y produce en el ilimitado
mundo de la cultura se dé publicidad por los diferentes medios de información y
comunicación de que ahora se dispone; posterior a tal discurso, intervino la Profesora
Damelys García y nos hizo saber parte de la labor que desempeña la Red de
decimistas y declamadores del Estado Guárico, y presentó a algunos de los
integrantes de esta agrupación, Alejandro Morillo dijo que había ido hasta la
casa de la Profesora Erlinda León, para que lo orientara acerca de qué asunto
investigar para el Proyecto de Grado, y la Profesora le habló de la india
guerrera María de los Ángeles de la Misión de Arriba, y que ahora está tan
enamorado de tal mujer, y por ella y para ella escribió unas décimas para esta
ocasión, y se dio el caso de que una estudiante muy linda de Tercer Año tiene
por nombre María de los Ángeles, y a ella la tomó de inspiración durante su
recitación; luego intervinieron Germania Pereira, María Juárez de Conigliaro y
Miguel Ángel Cornielly, cada quien recitó décimas dedicadas a la Villa de Todos
los Santos, y culminó la Profesora Damelys García recitando también décimas a
la Villa y a la muñeca que en giro poético simboliza a la patria, Venezuela; luego escuchamos al poeta
Salvador Lara, cuando recitaba algunos de sus poemas que según su sentir
muestran semejanzas con algunas poesías del poeta villatodosantino Efraín
Hurtado, y coronó su momento, a petición de los presentes de que recitara Rosalinda, poema en coplas muy sentido por
el pueblo, en octosílabos de rimas consonantes, escrito por el zaraceño y
nacional Ernesto Luis Rodríguez
Me voy con la tarde linda
recordando
a la mulata.
Un
soplo de brisa ingrata
de la copla se me
guinda.
Se llamaba
Rosalinda…
Un romance del jagüey
que en
este llano sin ley
se
prendó de mis corríos,
y entre amores y
amoríos
me la
robé de un caney.
Tenía los senos bonitos
como las
rosas abiertas,
su voz
en las cosas yertas
fue como el sol de los mitos.
Era
apretada de gritos
cuando la
tuve al encuentro,
pulpa de amor en el centro
de sus
pupilas saltonas,
como
las frutas pintonas
que
dicen mucho por dentro.
Vino un joropo llanero,
se puso
lindo el caney.
Yo
jugué mi araguaney,
mi cobija y
mi sombrero.
Perdí
todo mi dinero
-me
quedé sin un centavo-
y para
sacarme el clavo
con los
nervios amargados,
en la
ley de un par de dados
se la
jugué a un indio bravo.
Se amontonaron los peones
para ver
quién la ganaba;
cada
fibra me saltaba
de los soleados
pulmones;
se ovillaron mis canciones
en los
silencios ignotos,
y me
dije entre sueños rotos:
¡Voy jugando
a Rosalinda!,
y el dado en la
noche linda
me
devolvió mis corotos…
En mi turno hablé de que el viernes tres
de febrero, antes de Las Voces de Clío…,
círculo de lectura de la Escuela de Historia, del Área de Humanidades, Letras y
Artes de la Universidad Rómulo Gallegos,
se me acercó la Profesora Mirla Arveláez y me solicitó que escribiera la letra
de la escuela José Antonio Páez, y el lunes seis de febrero en horas de la
mañana me senté frente a la computadora, y al rato ya había cumplido con la tarea
solicitada, y tiene por nombre
Esta escuela,
rosa de mi cantar
Manantial de tantos sueños,
es esta escuela, rosa de mi
cantar;
aquí aprendo bajo estos cielos
y mi vida se vuelve canto de
turpial.
Con amor en la voz de su
garganta,
canta mi Villa de Todos los
Santos,
porque cree en nosotros y su
fe levanta,
para que nos demos sin
quebrantos.
Andemos siempre alegres y firmes,
seamos fieles a la gloria de
nuestro epónimo,
José Antonio Páez, y que él
nos afirme,
para que con el estudio
dejemos de ser anónimos.
El calor de esta tierra llana
y amante
se nos vuelva amor en el alma,
y asi cada día seamos mejores
estudiantes;
sembremos raíces, seamos
recios como la palma.
Manantial de tantos sueños,
esta escuela es rosa de mi
cantar,
aquí aprendo bajo estos cielos
y mi vida se vuelve canto de
turpial.
Adelfo Morillo
Y de pronto, se pone de pie Néstor León
y dice Yo no soy poeta, pero sí me gusta
declamar, y algunos de los presentes le solicitaron que declamara Justo
Brito y Juan Tabares, poema escrito por Ángel Celestino Bello; y siguió el
estudiante Freddy Mejías que recitó Poetas
de mi tierra; y luego el estudiante Rosario Bruno se levanta y dice Yo no soy poeta, pero hace como veinte años
escribí estos versos…; la estudiante Yannis Machado dio dos poesías de ella
a la Profesora Mirla Arveláez para que las recitara, porque ella no termina de
vencer el miedo escénico…
Hizo de moderador de tal fiesta
literaria el Profesor Wilmer Torres, que también en algún momento dejó escuchar
su vena poética, y previo a esto, dijo que él llegó con su familia a la Villa
de Todos los Santos, cuando contaba con nueve años de edad, y que ya para llegar
el sueño lo vencía, pero que apenas escuchó que su papá dijo que estaban
llegando, el sueño como por arte de magia desapareció, y que empezó a sentir
desde ese momento una identificación sin par por esta tierra de calores y
amores.
Antes de empezar la Velada poética bajo el sol la Profesora Yuraima Ydrogo comentó al
Profesor Wilmer Torres que no había ningún velo en esta Velada; y sí no hubo ni siquiera una nube que hiciera de toldo al
solazo que alumbró desde las diez de la mañana hasta pleno mediodía, cuando se
estaba cerrando las campanas de fiesta, mas sí hubo un gran velo tricolor con
ocho estrellas blancas que daba realce al frente de los presentes, y la velada
también significa reunirse bajo luz de velas en la noche o en un sitio oscuro,
y en este día no hubo oscuranas en el ambiente ni en los espíritus, sí una
inmensa luminaria rondando por un cielo celeste, y nosotros, unos sentados y
otros de pie entre el espacio de la Casa de Alto, que en algún momento fue
sabana abierta en medio de estos Caminos
y Horizontes de cultura universitaria y comunitaria…
Adelfo Morillo
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