Tras de una
vida sencilla 61
Símil
infinito
Era viernes,
había calor y brisa de
sequía…
Me presento
y digo risueño…
Comenzamos a hablar de
las palabras,
escuchamos la música de
la lluvia,
los acordes en la armónica
y el abecedario de los
trinos…
Leemos los latidos del
corazón,
amamos el canto de la
escuela
y escribimos armonías
sin nostalgia…
El idioma busca su acento
en palabras afines y
disparejas
y vamos aprendiendo
sin que nadie sea
último,
cada quien es primero;
así hablamos ayer,
y hoy así hablamos…
Estamos en diciembre,
estamos por sobre la
sequía…
Hablamos, escuchamos,
leemos, escribimos
motivos,
nomenclaturas,
metáforas
y en un símil infinito
soltamos al viento
sentimientos de
aprendizaje con amor…
Adelfo
Morillo
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