Tras de una
vida sencilla 60
Cada lengua por muy
reducido que sea su número de hablantes presenta una fonética particular, y
esta cuando se traslada a la escritura se muestra tratando de ajustarse lo más
aproximado posible a la vocalización de tal grupo lingüístico, en nuestro país,
Venezuela, se asentaban diversos pueblos aborígenes antes de la llegada de los
conquistadores europeos, y cada nación presentaba fonéticas características de
cada una de sus lenguas; desde el momento cuando los conquistadores europeos
comienzan a someter a punta de espada a estos pueblos, empiezan a imponer la
lengua castellana y la religión católica, por sobre sus lenguas originarias y
sus creencias míticas o religiosas; y así en los días actuales en Venezuela
estos pueblos aborígenes son muy escasos y algunos han desaparecido, y frente a
su rica oralidad se yergue la apabullante manifestación de la cultura europea y
mundial, en nuestro caso de Venezuela predomina el elemento español, y por
sobre la Constitución vigente que abre el abanico de diversidad lingüística, en
la realidad cotidiana sabemos que se impone la lengua castellana en sus formas
habladas y escritas; de aquí que a vocablos propios de lenguas aborígenes se
les haya dado pronunciaciones, fonéticas y grafías castellanas; es pertinente
recordar que en diferentes momentos estudiosos de la lengua han abordado este
fenómeno de imposición lingüística castellana por sobre las lenguas aborígenes,
nombremos a Andrés Bello, a Lisandro Alvarado, y entre los más recientes al
profesor y estudioso filólogo Ángel Rosenblat, destacado docente en la
Universidad Central de Venezuela, y en una de sus obras Buenas y malas palabras, edición de cuatro tomos, publicada por la
Editorial Mediterráneo, Madrid, 1978, en el Tomo I responde a afable lector o
lectora de mi blog, en lo referente a la palabra hallaca o hayaca, y nos
dice Rosenblat que debería escribirse ayaca,
puesto que los fonemas h y ll no se registran en la oralidad de nuestros
pueblos aborígenes, al respecto entonces tenemos las dos opciones para escribir,
hayaca o hallaca; y yendo a Andrés Bello en sus escritos ortológicos y
ortográficos nos dejó que deberíamos escribir qeso y no queso, ya que el fonema u, en ese caso y similares no la pronunciamos; y la otra palabra a
que hace alusión tan amable lector o lectora es casabe o casave, amable
amigo o amiga, le hago mención del Diccionario
de venezolanismos, publicado por la Universidad Central de Venezuela, con derechos
reservados por la Academia Venezolana de la Lengua, Caracas, 1983, dirigido y
coordinado por María Josefina Tejera, y en el Tomo I, página 241, aparecen las
dos opciones ortográficas, casave, de
la oralidad aborigen, y, casabe, con
el predominio de la lengua castellana.
Como luz en medio de un
desierto sin luna, sea propicia esta idea de Andrés Bello
Yo no abogaré jamás por el purismo exagerado
que condena todo lo nuevo en materia de idioma. En las letras como en las artes
y en la política, la verdadera fuente de todos los adelantamientos y mejoras es
la libertad…
No hay comentarios:
Publicar un comentario