Tras de una
vida sencilla 53
Hoy domingo, todavía no
había amanecido, estaba acostado y de pronto comienzo a escuchar muy quedo, y
es noviembre que me dice Te di un sábado,
hace dieciséis años, la casa donde vives, en este rincón de calle ciega, en la
Misión de Nuestra Señora de los Ángeles; seis años antes, un lunes, te ubiqué de profesor en el Área de Educación
de la Universidad Rómulo Gallegos, en
la Villa de Todos los Santos; hace dos años, once de noviembre, te aprobé y te
di la Resolución de jubilación de la Universidad; te casé en Mérida con Genny,
nacida en noviembre, y te di a Jairo, el hijo mayor nacido de esa unión, en un mes de noviembre; acuérdate que de tu
primer matrimonio en Valera con Ilva,
te di a tu primogénito, Adrián, nacido en Mérida; y no olvides que de entre los
dones que te he dado, el mejor es que tu madre, Cecilia Filomena, nació hace
tantas lunas en noviembre; y te abrí los ojos, para que una tarde miraras por
primera vez a María Zoraida, y no fuiste reacio, empezaste a cortejarla, y
finalmente ella aceptó el penúltimo día de noviembre, un sábado, empezar a ser
tu compañera de vida, y me doy cuenta de que siguen conviviendo en armonía de
amor…
Y sí, gracias, noviembre, porque me
haces mirar y te acercas para que te escuche; como escucho que mi hermana,
Greta, nació un primero de noviembre; y en la historia de hace casi trescientos
años, los Fundadores de mi pueblo natal eligieron el primero de noviembre, para
darle nombre de Villa de Todos los Santos…
Y María miraba por la
ventana, mientras escribía, y en un momento me dijo Mira el pajarito, anda buscando animalitos, para llevarle alimento a
sus pichoncitos, el nido lo tiene en la mata de icaco…
No son las siete de la mañana, y a esta hora no sé cuántos regalos me
has dado, noviembre, en esta mañana de domingo, fresca como vuelo de tórtolas…
Adelfo Morillo
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