Tras de una
vida sencilla 51
Una sonrisa natural,
espontánea, sincera; sí, qué bello
sería nuestro mundo, si todos anduviéramos, por sobre dolores y tristezas,
ofreciendo sonrisas sinceras en cada sitio y en cada momento; recuerdo que
antes yo presentaba una cara seria, seguramente parecía muy antipático; ahora
cada día intento suavizar mi semblante, y ando a la caza de cosas que sean de
mi agrado, y que me hagan prodigar sonrisas sinceras…
Cada mañana estamos
despertando a un nuevo día, y más importante si tenemos conciencia de que en
cada nuevo día estamos despertando de antiguos sueños equivocados y de
pesadillas; en cada amanecer siento que me lleno más de certezas para ir
manifestando actitudes, palabras, acciones y reacciones de amor, de belleza y
de bondad…
Cuántas penas hay en la faz
del mundo, cuántas tragedias, cuánto odio; si cada uno de nosotros reflexiona
acerca de lo inmisericorde de tales actos de maldad, entonces sin dudas
comenzamos a mejorar dentro de nosotros mismos, de no huir de nuestras
flaquezas y mentiras, sino de saber reconocerlas y empezar por el auténtico
camino de la verdad…
Sí, cada mañana viene con
otro amanecer, es como si el mundo se nos presentara por primera vez, este
mundo de colores, de fríos, de calores, y de amores; este mundo que podemos
construir sin enigmas ni misterios, y mirar que es un mundo iluminado de
blancura, que nos permite mirar y contemplar amarillos, azules, verdes, rojos,
y en donde las aguas nos tocan, se vuelven nubes y caen haciéndose ríos y mares,
un mundo de montes y de pájaros; sí, comencemos hoy a construir nuestros
mejores y más bellos sueños…
Adelfo Morillo
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