martes, 13 de octubre de 2015

Tras de una vida sencilla 36


Tras de una vida sencilla                    36

       En un cuento de Oriente un hombre dice a otro Desde que el corazón del hombre fue creado, ni un solo instante Dios ha dejado de habitar en el mismo, vive, medita, y viaja a tu corazón
       Yo no sé con exactitud, cuándo empecé de corazón a dejar a Dios morar en mí; sí puedo asegurar que cada vez me afirmo más en Él… Ahora hallo luz, donde antes había dudas y confusiones; miro a las personas y trato de comprenderlas, porque me miro a mí mismo y busco comprenderme y perdonarme; procuro que mi intención en cada momento sea para buscar hacerme una persona amable; en esta Villa de Todos los Santos hasta el calor agobia, y nos lleva a desesperarnos, a que perdamos la calma, y protestamos, nos quejamos, vociferamos, insultamos; en esta época de lluvias solo tuvimos en nuestra Villa lloviznas, estamos a mediados de octubre y, quiera Dios, que estos meses hasta abril no sean de más sequía, confío en que en estos tiempos venideros haya lluvias inusuales, mas esta es una súplica, porque eso como todo en la vida es según la voluntad de Dios…
       Viajo a mi corazón, sonrío a Dios, y sé que en nuestra Villa hay hombres justos y mujeres justas, y más aun la inocencia de los niños, y confío en que Dios nos dará lo mejor de su infinita bondad y de su inmensurable amor…
       Viajo a mi corazón, sonrío a Dios, y confío en cercanas lluvias que nos colmarán de bendiciones…
Adelfo Morillo


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