Tras de una
vida sencilla 21
Nací cerca del río Guárico,
y cuando tenía un año de nacido, mis padres se mudaron a Cabruta, a orillas del
Orinoco, de aquí se fueron a San Fernando de Apure, a orillas del Apure, y aquí
estuvimos hasta mis ocho años de edad, cuando volvieron a la Villa de Todos los
Santos; y sobre todo fue en ese tiempo frente al Apure, cuando más disfruté de
tantas cosas junto a mi papá, con él andaba a pie a distintas partes, y en la
canoa él manejaba el canalete y yo la palanca, y me divertía, me entretenía con
el vuelo de las aves, cuando las garzas pescaban metidas en el río, con las
nubes pasajeras y de caprichosas formas, con el zambullir y resurgir de las
toninas con sus resoplidos; y luego de mi bachillerato me fui a Mérida, y allá
cuántos ríos, Chama, Mucujún, Pedregosa, Milla, me bañé en sus aguas frías,
anduve a campo traviesa siempre acompañado, sobre todo de Mariela; y de regreso
a la Villa de Todos los Santos voy al Guárico también acompañado, últimamente
con María y Fabio, y mientras mantengo el nailon, pienso distintas cosas,
intento que mis pensamientos sean buenos y bellos; entonces digo el pescador con nailon y anzuelo es un
pensador…
Soy amigo de la naturaleza,
y en particular de las aguas en forma de lluvia, en manatiales, en aljibes, en
el mar y en los ríos; sí, las aguas tienen para mí su encanto y asombro, y
cuando miro en las aguas del río el nado de los peces, en tales instantes
observo esas vidas, cómo buscan el alimento, y cómo discurren con sus instintos
que nada saben del tiempo, solo discurren entre las aguas…
Adelfo Morillo
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