Andanza por nuestro idioma 116
El poeta peruano y mundial César Vallejo
en el poemario Los heraldos negros
escribió Dios, y en los dos primeros
versos leemos
Siento a
Dios que camina
tan en mí
con la tarde y con el mar…
Como nota anecdótica Vallejo decía Quiero morir en París y con aguacero…, y
murió en París y ese día llovía…
Cuando vivíamos en la carrera seis entre
calles cinco y seis, ahí en esa casa alquilada escuché por primera vez una
canción, que todavía canto para mí las partes que recuerdo, y comienza
En el mar la
vida es más sabrosa,
en el mar te
quiero mucho más…
La tercera vez cuando visité en Maracay a
mi papá Ramón Toribio, allá programaron un viaje a la playa en la bahía de Cata,
fue él con varios de la familia y yo, me impresionó mirar por primera vez la
inmensidad del mar azul, ellos empezaron a bañarse y me animaban, para que yo
también me bañara, ante la insistencia me fui metiendo y me solté a nadar y me
zambullí, me sorprendió el agua tan salada del mar, y me salí inmediatamente,
me preguntaron cómo me había parecido, y respondí ¡El agua está muy salada..!, y cómo se reían de mí…, tomé una
cerveza y me la bebía buscando quitarme de la boca lo salado del agua del mar,
pero al rato me volví a meter, y estaba nadando, cuando me acerqué a una bonita
muchacha que intentaba nadar, comenzamos a hablar y le ofrecí mantenerla
agarrada, mientras ella braceaba y pateaba, aceptó y me olvidé de todo lo
demás, solo tuve tiempo, ojos y gustos para la alegría que me regaló esa bonita
muchacha, de la que no recuerdo el nombre y a quien no volví a mirar…
Mar, del latín mare; los prosaicos decimos el mar, los poetas cantan la mar…
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