Entre poesía
Encontrémonos otra vez con la poesía, y
para ello les muestro estos versos de Rafael Cadenas…
Espero una canción distinta.
Una canción que me resuelva.
Una canción
ligera como un azulejo.
Una canción que
me eleve como un vino.
Una canción tan
amorosa que ya no pueda desaparecer.
Una canción que
me acoja después de lavado, sin tinieblas.
Con ella caminaré
igual a la mañana.
Lleno de esa
humedad viajera de lejos.
La mañana que vuelve
limpia las cosas.
Que aviente de mí
todo pesar.
Que no haga durar
ninguna congoja.
Que me lleve de
la mano por encima de los males.
Fuerte y confiable
embarcación…
Y es que la poesía canta en el arroyo y
por los que no tienen sustento, por los que pasan hambre y cualquier clase de
penuria, y florece en las formas efímeras y camineras de las nubes y se muestra
en el musgo y en las florecitas entre las piedras y a orillas de las aguas
menudas y cantarinas, y se sonroja en las mejillas de los niños parameros de
los andes y también en el olor a pan tierno, el que se cuece sobre los budares
o en migajas de pandehorno…
Yo encuentro poesía en los sonidos que me
llegan de la cocina, y me imagino las manos morenas sosteniendo la zanahoria,
el repollo, la cebolla y los tomates, y el perfume de la carne sazonándose y el
agua hirviente que recibe la pasta; me baño en poesía que cantan los pájaros y
me elevo con las formas, colores y fragancias de las flores y con las mariposas
de ingrávido vuelo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario