El
amor siempre está vestido de bondad
Un día comienza y termina, una semana
comienza y termina, un mes comienza y termina, un año comienza y termina, y una
vida empieza y se va; cada una de esas cosas cumple un ciclo en el interminable
tiempo…
Y tantas veces no nos damos cuenta de que
cada segundo de nuestra vida debemos intentar construirlo de alegría para
nosotros y los demás de nuestros entornos, en paz y siempre en amor…
Cuando caminamos son tantas las cosas que
perturban, pero también hay otras tantas más que nos deleitan, como los
arreboles del alba o del atardecer; cuando estamos en casa por el solo hecho de
sentirnos en calidez y cobijo, por poder saborear la frescura del agua que
bebemos, por poder sentarnos a leer algo que nos gusta, o por poder escribir
alguna idea y lanzarla por la ventana del blog a distintas personas en el
mundo…
Estoy escribiendo, y escucho una canción
en el cuarto de mi hijo, y el abano me refresca con su brisa, y pienso en
amigos y familiares, y un largarrabo pasó sobre la pared frente a mí, y se
escondió entre la ranura que queda entre la pared y la puerta, y no sé dónde ni
quién abrirá esta página y pensará que estoy inventando, y no, en la escritura
hacemos acopio de vivencias cercanas o lejanas, y cada quien escribe según su
propia forma y actitud…
Ya son más de las diez de la mañana, en
algunas horas en distintas partes del mundo se estará festejando por el nuevo
año, y relegamos al olvido trescientos sesenta y cinco días, que fueron
imprescindibles en el concierto del Universo y de cada una de nuestras
singulares vidas, yo quiero celebrar por todos aquellos seres humanos que
atesoraron muchas más alegrías que malos ratos, yo también intento llevar mi
vida así, sabiendo que hay mucha maldad, pero intentando construir para mí y
para mis entornos alegría y optimismo por el amor, que siempre está vestido de
bondad…
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