El túnel en el Museo de la
Ciudad
Cierta mañana llegué hasta el Museo de la Ciudad , y se dio un momento
cuando me quedé solo, y de pronto me llamó la atención el túnel que está en el
salón de entrada, a la vista de todo visitante… Aproveché la circunstancia y bajé
hasta el túnel y a gatas anduve hasta donde pude llegar, me detuve donde ya la oscuridad y la falta de oxígeno me
impidieron continuar, mas en una parte del recorrido me encontré una cajita, la
guardé en uno de los bolsillos del pantalón… Después de descansar un rato, hice
la ruta de regreso, cuando llegué a la boca del túnel, me cercioré de que no
había nadie, y salí, caminé hasta la plaza Páez y ahí, todo sudoroso y sucio,
me senté en uno de los bancos… Me llegaron ideas de cosas sabidas, como que todo
ese trabajo de excavación del túnel, solo pudo ser hecho por mano esclava… No
olvidemos que Calabozo fue un pueblo de españoles, que vivió la economía y
política de la Colonia ,
y por consiguiente todas esas casas coloniales, habitadas por españoles y sus
descendientes criollos, también poseen su túnel de refugio o de escape… También
recordemos que esta ciudad vivió la guerra de independencia y demás guerras y
revoluciones armadas que se libraron en nuestro país, estas cosas y otras más
pensaba, mientras la gente pasaba, sonreía o saludaba…
Cuando estuve dispuesto, saqué la cajita,
la abrí y ahí estaba un escapulario con la imagen de la Virgen del Carmen, una lupa
y un diario con una fotografía de una mujer muy linda. Empecé a hojear y a
leer, y en una de sus páginas decía: “15 de marzo de 1818… Yo, Ana de Mújica,
tomé esta vía de escape, tres días después de la batalla librada aquí en
Calabozo. Mi esposo era un oficial que luchó y murió en ese combate,
defendiendo la causa de la libertad… Mi esposo me dio bienestar, me amó, lo amé
y lo amo. A pesar de que salimos vencedores, decidí desaparecer para ir a vivir
donde nadie me conozca, pero confío en que al final la libertad y la paz
reinarán en nuestro país. Creo en Dios, y a Él encomiendo nuestra causa de
libertad y justicia… Aquí en Calabozo viví dichosa junto a mi esposo, conversábamos,
hacíamos vida ciudadana, leíamos, compartíamos, íbamos a conciertos de música y
a recitales poéticos…”
No hay comentarios:
Publicar un comentario