viernes, 14 de octubre de 2016

Menudeos

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Vuelvo a menudo a tus formas de mujer morena,
vuelvo cada vez
que me dejo llevar por la memoria de mi cuerpo,
es como si no conociera cada parte de tu cuerpo,
como si algo estuviera oculto a alguno de mis sentidos,
estos gustos por ti no envejecen en mí,
me fluye la sangre,
me siento tan vivo en fuegos y ardores,
cada uno de mis sentidos se siente goloso,
cada sensación me llega nueva y con más gusto,
me dejo llevar por la memoria de mi cuerpo,
y vuelvo a menudo a tus formas de mujer morena,
y cada instante se me vuelve nuevo y más gustoso recuerdo.

                                                                             Adelfo Morillo  


Albur


Albur

Digo
Desde esta Villa de Todos los Santos,
desde este rincón de calle ciega,
donde ahora recuerdo a Mérida,
ciudad entre nieves, neblinas y páramos,
y también me acuerdo que allá mora mi amiga,
en calle Florida, Jardín de Francisco de Asís;
y después de tantas lunas y soles,
siento el espíritu nutrido de contemplación y estudio,
y sin embargo me cuido todavía del albur de bajas pasiones,
para no entregar el cuerpo a Eros,
y a tantos goces pasajeros;
en este día vuelvo al ruedo
para luchar tenazmente con mi espíritu,
y tratar de vencer en el forcejeo de cuerpo y espíritu,
en donde quiero triunfar con mesura y ponderación,
y que sea camino al más cercano ascetismo el que siga mi espíritu,
ahora, en este hoy, y así de forma continua en el tiempo.


                                                                                 Adelfo Morillo

El viaje


El viaje

Cuando emprendas el viaje hacia dentro de ti,
no olvides en ningún momento
que una angustia te va a seguir como tu sombra,
por cada instante de alegría,
no sabes cuánto has de pagar.
Que te alimenten una linda canción,
una película que te conmueve,
una palabra amable que alguien te ofrende;
no olvides que el viaje es hacia dentro de ti,
muy hacia dentro de ti;
te sirve de brújula lo que dicta tu corazón,
la moneda es del tenor de tu corazón.
Este viaje ruega que sea un largo camino,
tejido de tantas mañanas de verano,
en donde el sol te inunde de alegría,
y cuando tu barco arribe a buen puerto,
llénate el aliento de perfumes,
y no alejes de tus ideas
que andas haciendo un viaje hacia muy dentro de ti.
No sabes cuándo llegarás al final de tu viaje,
ruega porque dure años
y venerable si llegas, cuando ya las canas te cubran,
y si al final solo te has guardado alegrías,
y has dejado en el olvido los dolores,
entonces eres alguien más entre caminantes triunfantes;
terminaste sin riquezas materiales,
solo atesoraste monedas en tu espíritu sin deudas.
Tu espíritu te dio ese difícil viaje,
gracias a ese tiempo diste lo mejor a tu vida,
el espíritu no te ha engañado,
abandonste ídolos, máscaras y simulacros,
te hiciste sabio,
sabes que ignoras tantísimas cosas,
y al final comprendes
que salvaste tu espíritu de las mentiras de este mundo.


                                                                   Adelfo Morillo

Mi sitio



Mi sitio

Dije
Iré a otro sitio,
encontraré otro sitio mejor que este,
no sé para qué cada cosa que hago,
mis ganas siento que decrecen,
no me fastidio,
solo quiero sentirme más útil,
mis ojos van de un lado a otro,
miro y remiro,
mi pueblo me gusta tanto,
me voy al encuentro de bonitos recuerdos,
de aquí cerca de las aguas del río;
y luego me digo
Puedo llegar a otros sitios,
mas ninguno tendrá los sabores de este sitio,
este monte siempre me acompañará,
mis preteridas vivencias por estas calles,
aquí andaré poco a poco camino a la vejez,
desde hace buen tiempo,
me pueblan las canas,
siempre andaré por estas calles,
otros sitios me alegran solo de paso,
ando el camino y lo desando,
vuelvo a este sitio,
a este rinconcito donde voy cumpliendo mi tiempo,
en este apartado rinconcito voy descifrando mi vida.


                                                                       Adelfo Morillo

En el tálamo


En el tálamo
                                      
En cama de cedro
con flores de sándalo
quiero tenerte con tus perfumes a mi lado;
tú alegras el tálamo,
contigo me tiendo y tanto hablamos,
si hace calor en estío,
si enternece la lluvia en invierno;
un canto de epitalamio es tu voz,
me sumerjo en tus formas,
no me olvido de la muerte,
mortales somos,
en la vida seamos dichosos,
gocemos con alegría de la comida
y de la bebida que nos ganamos
con trabajo digno, honrado.

En cama de cedro
con flores de sándalo
me dejo llevar por tu voz,
canto de epitalamio,
me sumerge en tus formas.

                                             Adelfo Morillo

En el orden

En el orden

Cuando terminen las penas de los desafortunados,
cuando los desafortunados amen y comprendan,
entonaremos la canción de victoria en el amor;
cuando todos seamos afortunados
y amemos y comprendamos,
nos fundiremos en la canción de victoria en el amor;
entonces caminaremos sin cansarnos,
nada nos vence en el amor;
empezamos a consumirnos en el bien,
volvemos a darle significado al mundo,
marchamos en el orden,
el espíritu se nos ensancha,
ya no caeremos más,
nos consumimos en el bien y cantamos.


                                                                 Adelfo Morillo