viernes, 14 de octubre de 2016

Albur


Albur

Digo
Desde esta Villa de Todos los Santos,
desde este rincón de calle ciega,
donde ahora recuerdo a Mérida,
ciudad entre nieves, neblinas y páramos,
y también me acuerdo que allá mora mi amiga,
en calle Florida, Jardín de Francisco de Asís;
y después de tantas lunas y soles,
siento el espíritu nutrido de contemplación y estudio,
y sin embargo me cuido todavía del albur de bajas pasiones,
para no entregar el cuerpo a Eros,
y a tantos goces pasajeros;
en este día vuelvo al ruedo
para luchar tenazmente con mi espíritu,
y tratar de vencer en el forcejeo de cuerpo y espíritu,
en donde quiero triunfar con mesura y ponderación,
y que sea camino al más cercano ascetismo el que siga mi espíritu,
ahora, en este hoy, y así de forma continua en el tiempo.


                                                                                 Adelfo Morillo

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