viernes, 14 de octubre de 2016

Algo a medias me consume



Algo a medias me consume

Cómo puedo, escribo con todos mis sentidos.
Algo a medias me consume.
Sigo en momentos de suspenso.
Beso a mi amada con entrega,
mis manos descifran tus más íntimas letras.
Nunca había amado tanto.
Mas algo a medias me consume.
Quizás me engaño,
mas siento que falta amor en los dos por igual.

Yo amo con locura,
no sé, siento que tú te mantienes con juicio.

Algo a medias me consume.
Leo, escribo, laboro,
el dinero es poco,
debo acudir a los préstamos,
mas no es esto lo que me consume.
Beso con cien besos y mil más,
me lleno con el paisaje de tus formas,
mas siento que solo te me das.
El espejo de tus formas llevo conmigo,
cómo puedo, escribo con todos mis sentidos.

                                                                 Adelfo Morillo 

Sabores que atesoro


Sabores que atesoro

No sé cuál será mi último día,
no sé cuál la última luna ante mis ojos,
no sé cuál el último sabor en mi gusto,
no sé cuál la última manifestación de belleza frente a mí,
no sé cuántas cosas me han dado alegría.

Sé que me miré en tus ojos de luz,
sé que la existencia humana es breve,
mas el amor nos suspende de eternidad.

Sé que poco basta para sentirse bien,
el calor que nos abriga,
tu candor de niñamujer,
los acordes de una canción que alegra,
sé que con cada día y noche vamos tejiendo la vida,
hoy me diste tu primer perfume,
hoy me atendiste en las primeras horas de la mañana,
anda en mi gusto el manjar de pandehorno,
y también el sabor a café con leche,
estas dos sencillas atenciones ya atesoro.

                                                                            Adelfo Morillo


Mis días de sastrería



Mis días de sastrería

Fui nieto criado por mis abuelos maternos.
Fue una tarde,
cuando comencé a trabajar en sastrería,
el sastre dobló y amarró mi dedo,
en donde se lleva el dedal;
era muchacho de mandados
y con el tiempo cosía a mano con habilidad,
y también aprendí a coser a máquina;
ahí en la sastrería me gustaba estar,
la pasaba bien junto a los demás,
el sastre y el hermano,
y dos o tres más que cosían pantalones;
y en sastrería me estuve
hasta cuando me fui a Mérida,
a estudiar en la Universidad.
El sastre y el hermano eran italianos,
y ahí conversábamos en lengua de Virgilio.


                                                                 Adelfo Morillo 

Octubre, 1984


Octubre, 1984
                                                   
Fue un domingo,
cuando recibí la noticia de la muerte de mi papá
(mi abuelo materno que me crió).
Manejé de Mérida a San Fernando de Apure,
estaba inerte, sin vida,
yo lo miraba y pensaba,
lo miré tanto y tantas cosas pensaba,
me quedé con unos recuerdos,
aquellos de cuando navegábamos en la curiara,
él y yo agua abajo y agua arriba por aguas del Apure.

                                                                     Adelfo Morillo

María Carmen


María Carmen

No te permites lamentarte,
te he visto verter lágrimas de alegría,
majestuosa te diste a mis días y noches,
tantas veces guardabas silencio,
con mirada sibilina,
que me llevaba a hacerme tantas preguntas.
Ese día casi no podíamos separarnos,
y también aquella noche casi detuvimos el tiempo.
Convives con niños,
floreces con ellos,
ese es tu universo infinito.
Eres pequeña de firme carácter,
y sin dudas toda tú, mujer.
Venga el alba
y luego la luna,
vertamos lágrimas de alegría,
bailemos la ronda de las flores,
en tu Jardín de Francisco de Asís,
donde Dios nos guiña complicidades de amor.

                                                                     Adelfo Morillo


Entre sortilegios


Entre sortilegios

Cada espejo encierra un sortilegio,
en un espejo se hundió Narciso,
ahora es una flor sobrenando las aguas.

La belleza física de hombre o mujer
también encierra un sortilegio,
Dorian Gray se hundió en su retrato.

Cada momento puede crear un laberinto
de impredecible sortilegio,
un instante feliz puede ser inicio de insania.

He aprendido a indagar en los mitos,
Helena de Esparta,
huye a Troya, no fue un rapto
y no fue un mito.

Me gusta mirarme en el espejo de los sueños,
cuando despierto, trato de descifrar cada visión,
cada vez creo entender, mas evado tales falacias.
                                                 

                                                                    Adelfo Morillo