Respeto
por la palabra 106
Como a una legua
A
media mañana de domingo
María
y yo salimos de casa
para
comprar lo necesario,
para
hacer un hervido;
cuando
íbamos a más de medio camino andado,
nos
encontramos con Pedro Silva, Bioanalista,
y le
digo: ¿silba y canta?
Me
responde no tengo el talento del canto,
mas
sí me aprendo poesías
como
La Negra del maraquero..., escrita por Aquiles Nazoa
y
recuerdo que el poeta zaraceño Ernesto Luis Rodríguez
tiene
una poesía La negra del maraquero...,
y la
empieza a recitar la de Aquiles Nazoa,
miro
que Pedro tiene un libro en la mano derecha
y le
pregunto: ¿qué libro es ese?
Me lo
da en mi mano
y
mientras recita, ojeo y hojeo el libro Andrés Bello...,
escrito
por Rafael Caldera,
nos
despedimos porque llega un posible candidato a Alcalde
del
Municipio Francisco de Miranda,
nos
ofrece la cola en su carro
y
nos habla de la esposa que estudia Medicina
en
la Universidad Central de Venezuela
y me
dice que le habla a ella y a sus compañeras de estudio
de
mi especialidad en Letras,
porque
ellas entregaron un trabajo escrito
y el
profesor de la materia
les
dijo que estaba mal usado el gerundio;
le
di mi contacto de Editor de texto online...
Cuando
estábamos escogiendo lo del hervido,
empecé
a encogerme por punzadas de cólicos,
empecé
a sudar frío y me daba golpecitos por las costillas,
el
dependiente me pregunta: ¿gases?, eso es maaalo,
y yo
respondo: malo es poco...
Cuando
regresamos a casa,
comienzo
a preparar el fogón
y
cuando ya casi estamos por bajar el hervido,
me
dice María: mira aquellos mereyes rojitos,
me
voy al patio este de la casa
y
los agarro de una rama de la mata
y al
ratico estábamos disfrutando del hervido,
que
rubricamos con sendas tazas de café calientico,
luego
María se fue a llevarle hervido
a la
hermana Katiuska
que habita
como a una legua...
Adelfo
Morillo
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