Campo
de Carabobo 9
Pasado, proyección de
presente continuo a futuro
Continuamos leyendo el Discurso pronunciado en Angostura
el 15 de febrero de 1.819 por el Libertador, Simón Bolívar, ante los diputados
del Congreso… Solamente una necesidad forzosa, unida a la voluntad imperiosa
del pueblo, me había sometido al terrible y peligroso cargo de dictador, jefe
supremo de la república. Pero ya respiro, devolviéndoles esta autoridad, que
con tanto riesgo, dificultad y pena he logrado mantener en medio de las tribulaciones
más horrorosas que pueden afligir a un cuerpo social. No ha sido la época de la
república que he presidido una mera tempestad política, ni una guerra
sangrienta, ni una anarquía popular: ha sido, sí, el desarrollo de todos los
elementos desorganizadores; ha sido, sí, la inundación de un torrente infernal
que ha sumergido la tierra de Venezuela. Un hombre, ¡y un hombre como yo!, ¿qué
diques podría oponer al ímpetu de estas devastaciones? En medio de este piélago
de angustias, no he sido más que un vil juguete del huracán revolucionario, que
me arrebataba como una débil paja. Yo no he podido hacer ni bien ni mal.
Fuerzas irresistibles han dirigido la marcha de nuestros sucesos.
*Ortografía actualizada por Adelfo Morillo.
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