viernes, 29 de enero de 2021

 

Campo de Carabobo    22

Pasado, proyección de presente continuo a futuro

Continuamos apreciando el Discurso pronunciado en Angostura el 15 de febrero de 1.819 por el Libertador, Simón Bolívar, ante los diputados del Congreso…               Es una inspiración eminentemente benéfica la reunión de todas las clases en un estado en que la diversidad se multiplica en razón de la propagación de la especie. Por este solo paso se ha arrancado de raíz cruel discordia. ¡Cuántos celos, rivalidades y odios se han evitado! Habiendo ya cumplido con la justicia, con la humanidad, cumplamos ahora con la política, con la sociedad, allanando las dificultades que opone un sistema tan sencillo y natural, mas tan débil que el menor tropiezo lo trastorna, lo arruina. La diversidad de origen requiere un pulso infinitamente firme, un tacto infinitamente delicado para manejar esta sociedad heterogénea, cuyo complicado artificio se disloca, se divide, se disuelve con la más ligera alteración. El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política. Por las leyes que dictó el primer congreso tenemos derecho de esperar que la dicha sea el dote de Venezuela; y por las de ustedes, debemos lisonjearnos de que la seguridad y la estabilidad eternizarán esta dicha. –A ustedes toca resolver el problema. -¿Cómo después de haber roto todas las trabas de nuestra antigua opresión, podemos hacer la maravillosa obra de evitar que los restos de nuestros duros hierros no se cambien en armas liberticidas? Las reliquias de la dominación española permanecerán largo tiempo antes de que lleguemos a anonadarlas: el contagio del despotismo ha impregnado nuestra atmósfera, y ni el fuego de la guerra ni el específico de nuestras saludables leyes han purificado el aire que respiramos. Nuestras manos ya están libres, todavía nuestros corazones padecen de las dolencias de la servidumbre.  El hombre al perder la libertad, decía Homero, pierde la mitad de su espíritu…

*Ortografía actualizada por Adelfo Morillo.

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