Campo
de Carabobo 19
Pasado,
proyección de presente continuo a futuro
Continuamos explorando en el Discurso pronunciado en
Angostura el 15 de febrero de 1.819 por el Libertador, Simón Bolívar, ante los
diputados del Congreso… Aunque
las facultades del presidente de los Estados Unidos están limitadas con
restricciones excesivas, ejerce por sí solo todas las funciones gubernativas
que la constitución le atribuye y es indubitable que su administración debe ser
más uniforme, constante y verdaderamente propia que la de un poder diseminado
entre varios individuos, cuyo compuesto no puede ser menos que monstruoso. El
poder judiciario en Venezuela es semejante al americano, indefinido en
duración, temporal y no vitalicio, goza de toda la independencia que le
corresponde. El primer congreso en su constitución federal consultó más el
espíritu de las provincias, que la idea sólida de formar una república
indivisible y central. Aquí cedieron nuestros legisladores al empeño
inconsiderado de aquellos provinciales seducidos por el deslumbrante brillo de
la felicidad del pueblo americano, pensando que las bendiciones de que goza son
debidas exclusivamente a la forma de gobierno, y no al carácter y costumbre de
los ciudadanos. Y, en efecto, el ejemplo de los Estados Unidos, por su
peregrina prosperidad, era demasiado lisonjero para que no fuese seguido. ¿Quién
puede resistir el atractivo victorioso del goce pleno y absoluto de la
soberanía, de la independencia, de la libertad? ¿Quién puede resistir al amor
que inspira un gobierno inteligente que liga a un mismo tiempo los derechos
particulares a los derechos generales; que forma de la voluntad común la ley
suprema de la voluntad individual? ¿Quién puede resistir al imperio de un
gobierno bienhechor que con una mano hábil, activa y poderosa, dirige siempre y
en todas partes, todos sus resortes hacia la perfección social, que es el fin
único de las instituciones humanas?
*Ortografía actualizada por Adelfo Morillo.
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