domingo, 8 de noviembre de 2020

Al conocimiento con sonrisas

 

Al frente de la entrada sur

de la Universidad Rómulo Gallegos

del Área de Educación,

en el jardín delantero de la casa vecina

está un árbol de sarrapia, Dipterix odorata,

nombre según la Botánica,

del griego botanikós, flora;

el capítulo La copla errante,

de la novela Cantaclaro de Rómulo Gallegos,

así comienza La sabana arranca del pie

de la cordillera andina

Esto es Geografía, del griego geographía,

descripción de la Tierra;

El hombre que calculaba de Malba Tahan

es la amenidad del álgebra, del árabe alyabra;

la palabra pedante filósofo, del griego philósophos,

amigo del conocimiento

y en palabra sencilla aprendiz;

la Universidad es cátedra abierta,

para los filósofos, los aprendices,

para llegar al conocimiento de forma peripatética,

así se aprende mientras caminan los estudiantes

escuchando al maestro que marca el paso;

así comenzó la búsqueda por el estudio

y de tal forma ha de continuar

así sea en cátedra cerrada,

porque la idea de abertura

es de espíritu, sobre todo

en los escenarios universitarios…

Aquí en Villa de Todos los Santos

se hace pertinente significar

que somos llaneros o vegueros,

mas la inteligencia florece

en escenarios citadinos

o en espacios campesinos;

cuando empecemos a superar tantas cosas,

de entre ellas la jactancia o petulancia,

entonces comenzaremos a andar con la alegría,

esa que nos viene desnuda de lo interno

y que nos lleva a encontrar el conocimiento

en las cosas menudas como la luz en la gota de rocío

hasta quedarnos en el misterio del Universo,

sonrisa inextinguible que se expande en el tiempo…

Adelfo Morillo

 


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