Al
conocimiento con sonrisas
Al frente de la entrada sur
de la Universidad Rómulo
Gallegos
del Área de Educación,
en el jardín delantero de la casa vecina
está un árbol de sarrapia, Dipterix odorata,
nombre según la Botánica,
del griego botanikós, flora;
el capítulo La
copla errante,
de la novela Cantaclaro
de Rómulo Gallegos,
así comienza La
sabana arranca del pie
de la cordillera andina…
Esto es Geografía, del griego geographía,
descripción de la Tierra;
El hombre que calculaba de Malba Tahan
es la amenidad del álgebra, del árabe alyabra;
la palabra pedante filósofo, del griego philósophos,
amigo del conocimiento
y en palabra sencilla aprendiz;
la Universidad es cátedra abierta,
para los filósofos, los aprendices,
para llegar al conocimiento de forma peripatética,
así se aprende mientras caminan los estudiantes
escuchando al maestro que marca el paso;
así comenzó la búsqueda por el estudio
y de tal forma ha de continuar
así sea en cátedra cerrada,
porque la idea de abertura
es de espíritu, sobre todo
en los escenarios universitarios…
Aquí en Villa de Todos los Santos
se hace pertinente significar
que somos llaneros o vegueros,
mas la inteligencia florece
en escenarios citadinos
o en espacios campesinos;
cuando empecemos a superar tantas cosas,
de entre ellas la jactancia o petulancia,
entonces comenzaremos a andar con la alegría,
esa que nos viene desnuda de lo interno
y que nos lleva a encontrar el conocimiento
en las cosas menudas como la luz en la gota de rocío
hasta quedarnos en el misterio del Universo,
sonrisa inextinguible que se expande en el tiempo…
Adelfo Morillo
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