Sueño
y vigilia
Villa
de Todos los Santos
Anoche soñaba momento de ingravidez,
volaba y sobrevolaba la inmensidad del llano:
sabanas con árboles, sabanas sin árboles,
espacios solo con pastos sabaneros,
unas matas, otras matas y más matas;
de pronto una mesa llana,
refrescada por un río
y miro a un grupo de gentes:
hombres, mujeres, dos frailes,
están reunidos. los frailes hacen la oración,
invocan a Dios, hablan, es nacimiento de un pueblo,
pronuncian: Pueblo de Todos los Santos de Calabozo…
Demarcan sitios sagrados, de gobierno, de justicia civil,
hay alegría en perfume de sueños,
mechones de humo de fogones para los festejos,
primero de febrero de mil setecientos veinticuatro,
mañanita de brisas veraneras,
mañana de resolanas y de nubes viajeras,
sol, brisa y sol,
aguadores, cargadores de agua a pie o en recuas
van al río y regresan rociando terroneras y mastrantos,
de día la luz del Sol,
de noche alumbran las estrellas
y la Luna cuando se hace presente,
Mesa de Calabozo bordeada por el río Guárico;
mas despierto y es 1º de noviembre de dos miles veinte,
me confunden el sueño y la vigilia,
por momentos me quedo en suspenso,
mas, sí es dura esta realidad,
aun seguimos cocinando en fogón,
andamos tiznados, ahumados,
negritos por el humo del fogón,
parecemos negritas de carnaval,
también seguimos cargando agua del Guárico,
día tras día en un continuo vaivén,
cual olas de río o de mar,
y seguimos de día con luz del Sol
y de noche nos alumbran las estrellas
y la Luna cuando se hace presente;
un tío dice: Estamos
fuñíos…,
y Alfredo Moreno dice:
¡Tan bien que
estábamos
y le cayó ranas a la laguna..!
Mas te queremos, Villa de Todos los Santos,
hoy 1º de noviembre de dos miles veinte,
es tu Onomástico con resolanas
y con perfumes de sueños y de mastrantos…
Adelfo Morillo
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