A tres años del Tricentenario
Elegía o idilio
En el último trimestre del dos miles veinte
nos presenta Villa de Todos los Santos
a tres años de su Tricentenario,
nuestra copiosa, vergonzante elegía:
visible basurero al sureste;
estación de antiservicio de agua poluta al noreste;
sistema de antirriego del río Guárico
con cresta y compuertas de la represa al noreste;
instalaciones de antipolideportivo al norte;
antiservicio de energía eléctrica;
antiservicio de gas doméstico,
de potencia gasífera a troncogas;
cuerpos de inseguridad ciudadana;
barrios abandonados, olvidados;
casco antihistórico de la ciudad;
antiservicio de transporte público;
antisalarios que alcanzan para tres kilos de sal;
escuelas, liceos, universidades
carentes de condiciones dignas para el aprendizaje;
centros de antisalud;
antiservicio de combustible, gasolina, gasoil,
andamos en troncomóvil…
Elegía que nos impusieron
o nos impusimos con antigobernantes…
Ahora pinto este idilio:
Comencemos por ser paisanos,
amantes de nuestro país;
seamos llaneros,
con querencias por la llaneridad;
sintamos quariqueñía
por el río, por la tierra;
seamos villatodosantinos
el 1º de febrero,
el 1º de noviembre
y cada día y noche,
sea día de resolanas o de entoldados,
sea noche deenlunadas o de sombras cerradas;
y en ese idilio sabremos elegir gobernantes
y padres y madres cumplamos con los hijos
y los hijos cumplan con padre y madre
y cada quien cumpla con su oficio o profesión
y el respeto sea nuestro proceder cotidiano.
En ese tiempo construiremos bien,
la ciudad se expandirá sanamente,
los niños jugarán sus juegos, cantarán sus canciones,
abuelos y abuelas pasarán en calma sus momentos
y hombres y mujeres cantarán con los poetas,
con músicos y cantores:
Queramos al país porque si;
queramos este llano ancho y tendido;
queramos al Guárico aborigen
en sus aguas y en su tierra;
queramos nuestra Villa de Todos los Santos
como la quisieron nuestros antepasados
hasta defenderla con cuerpo, alma y tesón;
estudiemos, trabajemos con amor,
celebremos en febrero,
festejemos en noviembre,
vísperas de Navidad del Niño bueno,
por este pueblo bendito
y Dios nos proteja
junto a Jesucristo
y al Espíritu Santo…
Este idilio cantamos
por ahora y siempre,
este es nuestro canto
bajo este cielo de cercanías y lejuras,
sobre este suelo tostado o de barrizal
por las flores, por las aves
y por agua dulce de manantial.
Adelfo Morillo
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