sábado, 15 de julio de 2017

Siembra

Siembra

Desde muchacho
me ha cautivado un tucusito,
ese colibrí o chupaflor
o también chupachupa
y quise tanto tenerlo conmigo
que una vez de una pedrada
maté un tucusito,
lo tuve en las manos
y no comprendí
por qué ya no tenía encanto,
cómo había perdido su calor,
seguía con color,
mas ya no vivo color
y desde entonces
vivo queriendo enmendar mi error,
fue un crimen de lesa culpabilidad.

Ya no soy un muchacho,
mas quisiera olvidar ese crimen,
siembro plantas
y llegan a sus flores,
mariposas, abejas, pegones,
avispas y chupaflores
y ahora solo me encanto,
porque contemplo con amor
el vaivén de vida variopinta.

Ya en edad no soy un muchacho,
mas en mi sentir sí soy un muchacho,
siento la lluvia menuda,
siento su música fragante,
siento cómo pasa el tiempo;
en mis sentidos soy un muchacho,
coloreo emociones,
deletreo canciones,
silabeo madrugadas
y palpo coqueteos de luna;
escribo y me confieso
ante Dios y ante la gente
y por tanto confío
en que ese crimen
yo ya lo haya pagado;
mas sigo en mi siembra de plantas,
siembro frijol negro,
similar a la caraota negra,
siembro espinacas
y también albahacas,
siembro mis ojos
en cada cosa bonita
y me dejo alegrar
por cada momento sin prisa.


                                    Adelfo Morillo 

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