Alma
mía, menuda y sencilla
Alma mía, menuda y sencilla,
nunca andes sola,
ábrete al sentimiento
de la gente buena, corazón de
patilla;
escucha el pensamiento
de mujeres nobles en
enterezas;
alma mía, menuda y sencilla,
nunca te detengas,
escucha las palabras
de hombres recios en noblezas;
alma mía, menuda y sencilla,
canta alegrías y sufrimientos
de tanta gente que baila
y de tanta más gente en
tormentos.
Alma mía, menuda y sencilla,
vayamos al encuentro de otras
almas
también menudas y sencillas
y unamos esfuerzos de amor
para hacer cosas de bien,
para que en el campo se
produzca
sin zozobras ni dolor,
para que en la ciudad se dé
conciertos de unión.
Alma mía, menuda y sencilla,
nunca te sientas sola,
abre tu corazón de amapola,
date con manos llenas
como clara luna llena
que alumbra para todos por
igual;
alma mía, menuda y sencilla,
vayamos agua abajo, agua
arriba,
no desmayemos ni un momento,
sigamos con firmes
sentimientos;
alma mía, menuda y sencilla,
caminemos cuesta abajo, cuesta
arriba,
ya no es hora de lamentos,
ahora es hora de encuentros.
Adelfo Morillo
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