Cancionero de
tus besos
Anoche llovió sobre la sequía de estos montes,
la sabana amaneció limpiecita con sus pastos;
llovía, amainaba, escampaba y volvía la lluvia,
con el amanecer se volvió más recia la lluvia sobre la sequía;
este mes de marzo huele a candelas y a resolanas,
es el mes recio sobre el pajonal de estos montes;
me gusta cantar a marzo con amor,
me huele a brindis, a mis hijos, a cundeamor.
Este lunes estuve entre vinos, copas, arroz y amigos;
desde hacía días presentía frescores,
en las hierbas y en los pájaros cantores.
Aprendo a leer en los calores de marzo,
las chicharras, las lagartijas y las culebras cambian ropaje
en los caminos, sobre el pajonal, en los árboles de las plazas;
miro celajes de lagartijas
y el oleaje de las aguas en el embalse del Guárico,
Ando encontrando ausencias entre nubes y follajes,
ando abrevando querencias en aguas del tinajero.
Me alegra tanto el canto de paraulatas
y también los cantos de turpiales y cucaracheros.
Vivo entre estos montes músicas y letras,
escribo mi cancionero entre cuerdas de una horqueta.
Me gusta las cosas sencillas
en almíbar de mangos,
en andar de guaruras
y en las lluvias de anoche.
Esta mañana encontré estrellas en los charcos,
me alumbraron el rosario de mis pasos.
Viene un camino largo de lluvias y relámpagos,
trepan los colores en los uveros del patio;
huele a turpial, a paraulata y a mastranto,
se acercan fulgores de días santos,
se vienen dibujando formas de nubes y follajes,
me quedo entre estos embelesos de montes, músicas y letras,
me despierta el cancionero de tus besos.
Adelfo Morillo
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