Realidad
En estos días, le pregunté
a unas jóvenes, una de 17 años y la otra de 20, que me dijeran una palabra para
significar el término realidad; la primera chica me dijo vergüenza, y la segunda las
cosas de la vida. Ahora bien, si investigamos un poco en el Diccionario de
la Real Academia Española, ahí se determina que la palabra realidad viene del
latín realitas y significa cualidad relativa a la cosa verdadera o real, razón por la cual las dos jóvenes
tienen positividad en los criterios expresados.
Pero, vamos a salir de las
terminaciones estudiadas y usemos un significado común como universidad de la vida, porque todo lo
que vamos viviendo, desde cuando nacemos hasta que morimos es en esencia humana
nuestra realidad. Quizás para algunos
sea muy compleja, pues no todos los seres humanos ven la realidad de la vida
tal cual como es…
Realidad, realidad de la
vida, realidad del día a día, donce vemos mentiras, odio, desilusión, falsedad,
antivalores, descontrol, mediocridad, degradación, perversidad, intriga,
envidia, perjuicio, prejuicio, y solo en algunos casos la naturaleza del amor, amor por lo que hacemos, amor por vivir y amor
por el prójimo…
He de señalar que no soy muy
lectora de sucesos, no porque le huya a la realidad cotidiana del hoy día, sino
por la gran tristeza que me embarga al ver la cruda situación de cómo perdemos
cada día a nuestros jóvenes, no solo con la intolerable muerte, sino a la vez
cómo se están formando psicológicamente, es inconcebible la forma de actuar y
de pensar, cómo se comprende que un joven, con tan poca edad, tenga la osadía
de matar, violar, descuartizar a otro ser humano… Recuerdo que, en mis tiempos
de niña, estas palabras descuartizar y
violación eran abominaciones, si las pronunciábamos y sin un individuo
cometía estos delitos era un pecador y señalado por la sociedad; pero en la
realidad actual lamentablemente escuchamos en cada esquina los hechos más
crueles posibles, se han vuelto comunes, simplemente tema de conversación…
Y esta es la realidad,
señores y señoras, la realidad que estamos viviendo (recordemos lo que
respondieron los jóvenes vergüenza y las
cosas de la vida), y tienen razón, pues pienso que sí debemos sentir un
poco de vergüenza, ya que somos nosotros como sociedad adulta los responsables
de la formación tanto social como psicológica de nuestros jóvenes, no estamos
haciendo el papel de padres responsables, ni de representantes obligados con la
prosecución ética, social, moral y ciudadana de nuestros hijos. Se nos está
escapando cada día más como agua entre
entre los dedos este gran compromiso y es imprescindible retomar el control
de nuestras acciones, para con ello cambiar la realidad de esta nueva
generación.
Por otro lado, no solo
sería el caso de los jóvenes, son bastantes las realidades negativas que
estamos viviendo, algunos dicen que son las expresiones de los últimos tiempos,
según la Biblia, ¡no estoy de acuerdo con ello!, más señalo al ser humano. Otra
realidad que nos afecta desafortunadamente es el caso del agua, desde cuando
tengo uso de razón, escuchaba diciendo cuida
el agua, cierra la llave, no
desperdicies el agua; y ahora en el tiempo real, ya no sería cierra la llave, más bien abre la llave, para saber cuando la
reponen… ¿Será que se cumple lo que dice la Biblia? No, no, es la irresponsabilidad
de nosotros los seres humanos por depredadores, por ambiciosos, por faltos de
humanidad, por no cuidar y proteger el ambiente.
Y paremos de contar tantas
realidades, que me atrevería a decir que parecen irrealidades, pues son tan
sorprendentes que nos dejan boquiabiertos. Miremos la realidad de los hijos que
no respetan a sus padres (falta de buenos valores), hermanos e hijos que se
enamoran, parejas infieles, el odio entre familias, el consumo desmedido de
alcohol, y drogas en niños, mujeres que abortan y abandonan a los niños aun
vivos en basureros, nños abandonados en las calles, personas practicando tiro
al blanco en perros, seres humanos comiendo de la basura, homosexualismo
perverso y tantas otras realidades que mi corazón no aguanta en mencionar, me
duele como madre, como persona, como ser humano tanta degradación y tanta
perversidad.
Y lo más triste es que no hacemos nada por cambiar, nos
hacemos de la vista gorda, y decimos siempre
y cuando no nos afecte, ni pendiente, ¡pero no es así! Debemos luchar cada
día con ese demonio del prejuicio, del no me importa; tratar de que nuestra
realidad sea diferente, porque si cambiamos la nuestra, estaremos cambiando la
realidad del prójimo.
En estas líneas quiero
dejar claro para concluir que no todos los seres humanos estamos empobrecidos
de corazón, y también existen personas que idenfiquiremos como árboles amor, que se desviven por hacer
su existencia fructífera y a ellos debemos acercarnos, para extraer un poco de
su savia, y así logremos cambiar nuestros corazones, insistiendo en crecer
humanamente, para que nuestra realidad de vida, después de recorrer el camino
de la existencia deje luz y no oscuridad…
Nilda Jerónima Aguirre Martínez
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