lunes, 26 de octubre de 2015

Tras de una vida sencilla 48


Tras de una vida sencilla                 48

       Ayer cumplió años mi hija, Catalina, que vive y trabaja en Dublín, se dio de regalo un viaje a Niza y a Mónaco; le envié por facebook unas palabras de felicitación, en castellano y en francés, por cuanto ella es amante de los idiomas; me envió por la misma red unas fotos de algunos de esos dos sitios... Y María, otra hija, también vive y trabaja en Dublín…
       Ayer también celebramos en casa dos cumpleaños, el de la sobrina ahijada, Andreína, de seis años, y el de la mamá, Martha; estuvieron Omar el hermano de un año de Andreína, la cumpleañera, los niños Inés y José, y otra sobrina, Nicole de dos años; y en presencia de niños, los adultos nos pasamos de fastidiosos, queremos que digan o hagan cosas, yo digo que los dejen ser ellos, porque ellos se dan espontáneos; y sucedió cuando llegaron María y Javier con Nicolle, la empezaron a fastidiar, y al rato cuando la dejaron tranquila, me sorprendió Nicolle, se dirigió hacia mí y se lanzó para que la abrazara, me dio un beso en la mejilla, la abracé, la bendije y la besé, y en otras dos ocasiones me regaló con estas mismas muestras cristalinas de cariño…
       Y ahora cada vez más sé que solo con la candidez y amor de niños es cómo podemos salvarnos como verdaderos seres humanos; Dios quiera, y seamos y soñemos como niños; no son el dinero, el odio, la rapiña y las guerras las respuestas a la vida en este mundo, las respuestas son el sentido de pobreza, de amor y de paz los caminos de verdad y de bondad, y debemos encauzarnos por ellos sin dudas, con certeza absoluta a partir del momento presente…

    Adelfo Morillo


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