Tras de una
vida sencilla 41
En el año 1979 tenía dos
años trabajando en el Colegio Arzobispo
Silva, en Mérida, Venezuela; ya había concluido el año escolar, y un día
fui gratamente sorprendido por los estudiantes recientemente egresados de una
sección de Quinto Año, Bachilleres que estaban por iniciar sus estudios
universitarios, y entre muestras de afectos, agrados, abrazos y sonrisas me
regalaron las Obras Completas de
Jorge Luis Borges, y del epílogo, escrito por sin par intelectual, extraigo
estas líneas
A riesgo de cometer un anacronismo,
delito no previsto por el código penal, pero condenado por el cálculo de
probabilidades y por el uso, transcribiremos una nota de la Enciclopedia
Sudamericana, que se publicará en Santiago de Chile, el año 2074…
¿Sintió Borges alguna vez la discordia de su suerte? Sospechamos que
sí. Descreyó del libre albedrío y le complacía repetir esta sentencia de
Carlyle: La historia universal es un texto que estamos obligados a leer y a
escribir incesantemente y en el cual también nos escriben.
Puede consultarse su Obra Completa, Emecé Editores, Buenos Aires, 1974,
que sigue con suficiente rigor el orden cronológico.
Y en la primera página de
este libro regalo, uno de estos estudiantes había escrito
En agradecimiento a un maestro que con
toda dedicación y esfuerzo ha luchado por plasmar la más viva esencia de los
valores bolivarianos y por concientizar a aquellos que siempre fuimos su
malestar y que ahora somos su obra.
Con toda
dedicación
5º
año D
Caracas, 4-8-1979
Desde ese momento ya han
pasado casi cuarenta años, y pierdo la cuenta de cuántas veces releo las
páginas de este libro, y más hermoso para mí es cuando imagino, en dónde estará
cada uno de ellos, ahora hombres y mujeres, solo pienso y siento que donde se
encuentren, sean auténticos seres humanos afianzados en el calor de amor…
Adelfo Morillo
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