Tras de una
vida sencilla 33
Nos debemos respeto mutuo entre hombres y
mujeres, y a los niños le debemos amor sagrado; he leído bastante, he aprendido
algunas cosas, mas cuando leí de la vida y de las palabras de Jesucristo, a
partir de ese momento comencé a mirar dentro de mí, y cada día busco comprender
mejor las enseñanzas del Hijo de Dios… Y lo miro en las huellas de mis manos,
miro cómo los años van marcando su paso, lo leo en la bondad fortuita de
algunas gentes, lo siento en las brisas del alba, y en los fulgores de la
tarde…
Me postro y oro, me
arrepiento y no vuelvo a cometer esas faltas, y cuando camino, pienso y trato
de hallar cosas bonitas en lo más pequeño y sencillo; y cuando viajo, voy
mirando las cosas del camino, miro a la gente, la observo, y callo con prudencia;
y si se me da la oportunidad de conversar con alguien, intento ser amable en mi
actitud y en mis palabras…
Sí, me postro ante Dios, y
busco la mansedumbre dentro de mí, porque se me hace difícil mantenerme puro y
casto; ahora recuerdo que por los años sesenta y setenta circulaban suplementos
Vidas ejemplares, y a mí me gustaba
leerlos, y me dejaba llevar por impulsos de querer ser como esos paradigmas,
mas al poco rato me envolvía la manera de ser del común de la gente; con esta
memoria me doy cuenta de que desde mis tiempos de muchacho, ya se movía dentro
de mí las ganas de andar por la senda del bien y del amor…
Adelfo Morillo
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