Tras de una
vida sencilla 31
Hasta hoy execraba a mis
amigos que no fueron sinceros conmigo, me desperté pensando en ellos, y me vino
a la memoria las palabras de Jesucristo ¿Qué mérito tienes amando a tus
amigos..? Ama a tus enemigos… Y sé que mis insinceros amigos, no son mis
enemigos, por tanto no es muy difícil mantenerlos en mi corazón.
Desde mis seis años de edad
empecé a hacer amigos; comencé en la escuela a crear amigos, luego en
bachillerato tuve nuevos amigos, y en la universidad, y en el transcurso de mis
más de treinta años de labor docente, cuántos amigos; así ha sido a lo largo de
más de cincuenta años; pasé tiempos tan bonitos en primaria, que en sexto grado
no quería irme del plantel, y en el liceo igual tuve unos bellos tiempos, y en
quinto año tampoco quería apartarme de su recinto; y en la Escuela de Letras
tuve compañeros amigos y profesores amigos, en todo mi tiempo en Mérida aprendí
tantos conocimientos, y mejor aun aprendí a ser mejor persona; y cuando me vine
a la Villa de Todos los Santos, me reencontré con amigos de la infancia, de la
adolescencia y de mi temprana juventud; y hasta el día de hoy, desde cuando
despierto, me levanto con alegría y expectante de saber qué cosas gratas me depara el transcurrir del día…
Por cierto, estaba
escribiendo estas líneas, cuando me llamó un amigo compañero de labores de la
universidad, para darme una agradable sorpresa, y continué tecleando tipos para
intentar darle claridad y sencillez a estas ideas…
Adelfo Morillo
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