miércoles, 5 de agosto de 2015

Tras de una vida sencilla 2

Tras de una vida sencilla                    2

       El resto de mis familiares se fastidiaban con mi manera de ser, y bastante me fastidiaron y me molestaron, recuerdo que solo me dedicaba a estudiar y en los turnos libres trabajaba en la sastrería. Me sentía bien y me daba alegría. Pensaba en cómo sería mi vida futura. Comencé a estudiar a los ocho años, y a los doce comencé en la sastrería. Mientras cursaba primaria, me angustiaba, dudaba de mi inteligencia y más aun por los escasos recursos de mis padres. Terminé primaria, y durante el bachillerato fui participativo, practicaba baloncesto y formé parte del equipo del liceo, me reunía con amigos, iba a fiestas, me gustaba una que otra chica, tuve bicicleta, en ella paseaba; y estudiaba y seguía trabajando en la sastrería. Terminé el bachillerato, ya leía bastante con ánimos de aprender, siempre me ha movido las ganas de aprender. Seguía preguntando y me seguía preguntando. Hasta cuando llegó el momento de tener que ir a realizar mis estudios universitarios, a poco de marcharme mi papá se me acercó, y me dijo que iba a ser duro para él y mi mamá, que yo me fuera tan lejos, donde no tenía a nadie que cuidara de mí. No respondí nada, pero para mí también era difícil separarme de ellos, por irme de mi Villa de Todos los Santos a la Universidad de Los Andes, en Mérida.
       Comprendí que el amor que ellos me daban, nadie más lo reemplazaría, pero era el momento de que me fuera a seguir llenando el espíritu con más conocimientos.

                                              Adelfo Morillo

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