viernes, 19 de junio de 2015

Jesús 13

Jesús                       13


      Cuando Jesús dejó de orar, volvió con sus discípulos, y los encontró durmiendo. Y dijo a Pedro ¿No han podido velar conmigo ni una hora? Velen y oren, para que no entren en tentación. Por segunda vez se apartó, y oró la misma oración, cuando volvió, otra vez los halló durmiendo; se apartó de nuevo, y oró la misma oración, volvió, y otra vez los halló dormidos. Entonces los despierta, y les dice Ha llegado la hora. El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de pecadores. Levántense, vamos. Aquí llega el que me va a entregar. Cuando Jesús aun hablaba, llegó Judas Iscariote, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. Judas les había dicho Al que yo bese, ese es, aprésenlo. En seguida, se acercó a Jesús, y le dijo ¡Salve, Maestro! Y lo besó. Y Jesús le dijo Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron, echaron mano de Jesús, y lo apresaron. Uno de los que estaban con Jesús, extendió su mano y sacó su espada, hirió al siervo del pontífice, y le quitó la oreja. Entonces Jesús le dijo Vuelve la espada a su lugar, porque todos los que tomen espada, a espada morirán. ¿Acaso no puedo orar a mi Padre, y en el acto me daría más de doce legiones de ángeles? Pero entonces, ¿cómo se cumplirían las Escrituras, de que así debe suceder? Y en ese momento Jesús dijo a la gente ¿Cómo contra un ladrón han salido con espadas y palos a prenderme? Cada día me sentaba con ustedes enseñando en el templo, y no me apresaron. Pero todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los Profetas… Entonces todos los discípulos lo dejaron y huyeron…


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