Letras
El treinta de abril llegué a Mérida con
dos amigos de Calabozo, Enrique comenzó a estudiar Medicina, se graduó de
Médico, Dubine empezó en Ingeniería y se graduó de Ingeniero, yo cursé solo dos
semestres de Economía, luego me inscribí en Letras y me gradué en Letras…
Esa mañana de abril, cuando llegamos,
llovía y en ese entonces de los años setenta cómo llovía, hacía frío, bajaba
neblina y nosotros, vegueros, pasábamos gratos momentos bajo sábanas y cobijas,
porque llegamos en abril y las inscripciones fueron en julio, por tanto
caminábamos, fiesteábamos, jugábamos baloncesto, nos íbamos al centro de Mérida
a mirar muchachas de diferentes sitios de Venezuela…
Una mañana de octubre de mil novecientos
setenta y tres comencé a estudiar Letras, recuerdo las clases de Latín I,
Historia del Arte I, y no olvido esa primera tarde de Francés I, éramos un
grupo de diez estudiantes, asistíamos al Laboratorio de Idiomas en Glorias
Patrias, fuimos los fundadores de la Especialidad en Francés, y sigue en mi memoria,
cuando miré por primera vez a una compañera, Mariela, su cabellera frondosa,
suelta, de variados matices amarillos melcochados, de baja estatura, nariz larga
perfilada y de ojos glaucoazulosos cambiantes, según los momentos de luz…
Letras para mí fue una carrera sin prisa y
sin pausas, pude asimilar el gusto vinoso del Latín y los sabores apolíneos y
dionisíacos del Griego Antiguo, y el calor y amores del grupo de compañeros y
amigos que junto al estudio nos íbamos a la montaña, cantábamos, escuchábamos
los acordes de guitarra de Enrique, nos bañábamos en alguno de los ríos, las
musas por su lado, y nosotros los donceles por nuestro lado…
Letras, del latín littera, letra; Cortázar anima a los que quieren escribir, y para
ello dice Son veintiséis letras, solo hay
que combinarlas, no hay más…
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