miércoles, 15 de octubre de 2014

Letras



Letras

     El treinta de abril llegué a Mérida con dos amigos de Calabozo, Enrique comenzó a estudiar Medicina, se graduó de Médico, Dubine empezó en Ingeniería y se graduó de Ingeniero, yo cursé solo dos semestres de Economía, luego me inscribí en Letras y me gradué en Letras…
     Esa mañana de abril, cuando llegamos, llovía y en ese entonces de los años setenta cómo llovía, hacía frío, bajaba neblina y nosotros, vegueros, pasábamos gratos momentos bajo sábanas y cobijas, porque llegamos en abril y las inscripciones fueron en julio, por tanto caminábamos, fiesteábamos, jugábamos baloncesto, nos íbamos al centro de Mérida a mirar muchachas de diferentes sitios de Venezuela…
     Una mañana de octubre de mil novecientos setenta y tres comencé a estudiar Letras, recuerdo las clases de Latín I, Historia del Arte I, y no olvido esa primera tarde de Francés I, éramos un grupo de diez estudiantes, asistíamos al Laboratorio de Idiomas en Glorias Patrias, fuimos los fundadores de la Especialidad en Francés, y sigue en mi memoria, cuando miré por primera vez a una compañera, Mariela, su cabellera frondosa, suelta, de variados matices amarillos melcochados, de baja estatura, nariz larga perfilada y de ojos glaucoazulosos cambiantes, según los momentos de luz…
     Letras para mí fue una carrera sin prisa y sin pausas, pude asimilar el gusto vinoso del Latín y los sabores apolíneos y dionisíacos del Griego Antiguo, y el calor y amores del grupo de compañeros y amigos que junto al estudio nos íbamos a la montaña, cantábamos, escuchábamos los acordes de guitarra de Enrique, nos bañábamos en alguno de los ríos, las musas por su lado, y nosotros los donceles por nuestro lado…
     Letras, del latín littera, letra; Cortázar anima a los que quieren escribir, y para ello dice Son veintiséis letras, solo hay que combinarlas, no hay más… 



No hay comentarios:

Publicar un comentario