Andanza por nuestro idioma 99
Del árabe almujadda, cojín para apoyar la mejilla, formamos en castellano,
almohada; en mil novecientos setenta y dos tenía en mi cuarto de nuestra casa
en Calabozo chinchorro, biblioteca y cama, y cuando me acostaba en la cama, no
podía dormir, si no apoyaba la mejilla o la nuca en la almohada, y un buen día
de abril de ese año emprendí viaje con otros dos amigos para Mérida, porque
íbamos a comenzar estudios en la Universidad
de Los Andes, llegamos una mañana de frío, neblina y lluvia, llegamos a la
residencia de otros calaboceños, ahí dejamos los equipajes, salimos a buscar residencia, y una hora después habíamos
alquilado en el barrio Belén, luego decidimos caminar y admirar la ciudad y sus
gentes, nos llamaba la atención tantas estudiantes bonitas de distintos sitios
del país, antes de mediodía almorzamos en el Comedor Universitario, y mientras
hacíamos la digestión, buscamos una mueblería para comprar camas, sábanas y
cobijas, ubicamos una mueblería cerca de donde alquilamos residencia,
cancelamos, y como compramos camas sánduches con rueditas, las plegamos, en el
vacío colocamos sábanas y cobijas, y nos fuimos cada uno de los tres rodando su
respectiva pertenencia, apenas llegamos a las dos habitaciones unidas con
puerta interna entre ellas, desplegamos las camas, las vestimos con su sábana,
nos acostamos y nos arropamos con cobija, previo habíamos colocado un longplay
en el radiotocadiscos portátil que yo había llevado, y nos quejamos y
protestamos, porque no nos acordamos de comprar almohada, dije Yo estoy acostumbrado a acostarme y a dormir
con almohada, pero me acostumbraré, además sabemos que es más saludable dormir
sin apoyar la nuca en una almohada…, y sí, en verdad, me costó habituarme a
reposar y a dormir sin almohada, pero con el tiempo aprendí a acostarme boca
arriba, y así conversábamos de tantas cosas, mientras afuera se deslizaba la
neblina, la lluvia se dejaba caer y escuchar, y un frío paramero, que nosotros,
vegueros, disfrutábamos protegidos y tibiecitos entre cobijas de algodón…
No hay comentarios:
Publicar un comentario