viernes, 30 de mayo de 2014

Andanza por nuestro idioma 79

Andanza por nuestro idioma           79

     A la muchacha cuando tiene su primera menstruación a los diez, once, doce o trece años se le dice que ya es una señorita, forma diminutiva de señora, del latín senior, señor; y es muy común que a las señoritas les celebren la fiesta de sus quince años; recuerdo que a mi hermana mayor, Pina, le celebraron los quince años en San Fernando de Apure, y la fiesta fue amenizada por una banda de música de viento…
     Cuando era muchacho comprábamos en panaderías, pulperías y bodegas un pan dulce muy sabroso, costaba una locha, doce y medio céntimos, y no sé por qué a ese pan le decían señorita…
     En los talleres mecánicos usan una especie de gato manual, para levantar motores de vehículos, y tampoco sé por qué le dicen a ese gato señorita…
     El periodista y escritor venezolano Óscar Guaramato escribió un cuento, y cuando lo publicó por vez primera le dio el nombre Viernes, pero en las sucesivas ediciones lo dio a conocer con el nombre La otra señorita
     Señorita le decíamos todavía en mis años de primaria a la maestra; el capítulo III, de la novela Casas Muertas, escrita por el barcelonés de Venezuela y mundial Miguel Otero Silva, tiene por título La señorita Berenice, y trata acerca de la maestra que daba clases en Ortiz…
     En primaria me dio clases en cada grado una señorita, y se le decía así aun cuando ya estuvieran casadas…
     En Mérida viví de estudiante en varias residencias, y en la avenida Independencia la que regentaba la residencia era una señora mayor, que nunca se casó, y en verdad no recuerdo su nombre, porque todos le decíamos La señorita o Señorita, y nos contaba que ella fue maestra de escuela, y también nos habló de algunos pretendientes que tuvo en sus años mozos…


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