En la tierra como en
el cielo
Hágase
tu voluntad en la tierra como en el cielo… Dios, en tu cielo y en tu reino
eres amor, y en la tierra hay amor y desamor, y tu voluntad es justicia de amor
y bondad…
Yo en mis plegarias te pido amor y fe, y
que el amor y la fe se propaguen cada día en la mayor cantidad de seres humanos
en este mundo…
María, mi mujer, estaba regando las
plantas, cuando regresé de llevar al colegio a mi hijo Fabio, y ella se me
acercó y me dio una ciruela madura, me senté a escribir, mientras me comía la
ciruela, y me paré un momento y me dirigí al corredor detrás de la casa a botar
la semilla de ciruela, y me detuve frente a una cuantas plumas que estaban en
el piso del corredor, y pensé que algún gato había cazado el pájaro y solo
quedó esa estelita menuda de plumas… Y volví a sentarme y mientras escribía,
escuchaba diversos cantos de otros pájaros, y me dije que nosotros los seres
vivos, animales y plantas, estamos de paso, algunos mueren en paz siguiendo la
ley natural y otros mueren de manera imprevista, dura y cruel…
Son infinitas las formas de vida en este
mundo, y los seres humanos debemos buscar el camino de amor, que nos colma de
alegría y nos lleva a ofrendar palabras, actitudes y hechos de amor a nuestros
semejantes en cada momento; sí, aceptamos que es difícil, pero no es imposible,
y es posible desde el momento cuando comprendemos el real significado de amor…
Vivir en amor es sosiego, es comprensión,
entrega y servicio, es darse y dar; y no piensen, amables lectores y lectoras,
que yo soy un dechado solo de virtudes, las tengo, pero lucho para ir dejando a
un lado mi cúmulo de errores y equivocaciones, y para ello ruego a Dios que me
dé amor y fe en cada momento, para que mi actitud sea siempre de bondad…
Dios, mi
Señor, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo…
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