viernes, 28 de marzo de 2014

En la tierra como en el cielo



En la tierra como en el cielo

     Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo… Dios, en tu cielo y en tu reino eres amor, y en la tierra hay amor y desamor, y tu voluntad es justicia de amor y bondad…
     Yo en mis plegarias te pido amor y fe, y que el amor y la fe se propaguen cada día en la mayor cantidad de seres humanos en este mundo…
     María, mi mujer, estaba regando las plantas, cuando regresé de llevar al colegio a mi hijo Fabio, y ella se me acercó y me dio una ciruela madura, me senté a escribir, mientras me comía la ciruela, y me paré un momento y me dirigí al corredor detrás de la casa a botar la semilla de ciruela, y me detuve frente a una cuantas plumas que estaban en el piso del corredor, y pensé que algún gato había cazado el pájaro y solo quedó esa estelita menuda de plumas… Y volví a sentarme y mientras escribía, escuchaba diversos cantos de otros pájaros, y me dije que nosotros los seres vivos, animales y plantas, estamos de paso, algunos mueren en paz siguiendo la ley natural y otros mueren de manera imprevista, dura y cruel…
     Son infinitas las formas de vida en este mundo, y los seres humanos debemos buscar el camino de amor, que nos colma de alegría y nos lleva a ofrendar palabras, actitudes y hechos de amor a nuestros semejantes en cada momento; sí, aceptamos que es difícil, pero no es imposible, y es posible desde el momento cuando comprendemos el real significado de amor…
     Vivir en amor es sosiego, es comprensión, entrega y servicio, es darse y dar; y no piensen, amables lectores y lectoras, que yo soy un dechado solo de virtudes, las tengo, pero lucho para ir dejando a un lado mi cúmulo de errores y equivocaciones, y para ello ruego a Dios que me dé amor y fe en cada momento, para que mi actitud sea siempre de bondad…
     Dios, mi Señor, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo…

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