Sinonimia
La sinonimia nos permite decirle a los
niños, chicos, chavales, chamos,
infantes, impúberes o impúberos…
A los puercos también les decimos
cochinos, chinos, chanchos, marranos, cerdos; a los diferentes momentos del
amanecer lo nombramos alba, aurora, alborada, albor, mañanita; al tardecer en
sus distintas fases lo designamos atardecer, crepúsculo, ocaso; a la vivienda
según las características singulares le decimos choza, churuata, caney, rancho,
casa, hogar, nido, morada, refugio, oasis, quinta, mansión, techo, techumbre,
lar, capilla, y escuchamos y decimos Voy
a estar encapillado o voy a permanecer encapillado…
A la lluvia según su duración y fuerza le
decimos garúa, brisa, en los Andes venezolanos cuando es una lluviecita apenas
perceptible, se dice Está brisando…,
lluviecita, aguacero, en la conversación previa al poema en octosílabos Florentino y el Diablo, escrito por el poeta barinés Alberto Arvelo Torrealba,
Venancio en la reláfica dice ¡Ah mandilata
de aguacero que está cayendo..!, chubasco, chaparrón o chaparrazo,
matasapo, tormenta, temporal…
A los que pasamos de sesenta años nos
dicen de la tercera edad, viejos, ancianos, vejucos, vejetes, nonos, chochos; a
las mujeres jóvenes y lindas les decimos bombones, y cuando yo era muchacho,
escuchaba los versos ¡Mira, chico, qué
bombón, se me alboroza el corazón..!, caramelos, chocolates, buenamozas,
mises, florecitas, primores, hermosuras, beldades, reinas, princesas…
Y los saludos no tienen finitud en la sinonimia,
escuchamos y decimos Buenos días, buenas tardes, buenas noches, feliz día, buen
día, qué tal, cómo estas, cómo estamos, cómo va la cosa, cómo está la cosa, qué
hubo, qué húbole, ¿entonces?, ¿y entonces?, qué se dice, qué hay por ahí o qué
hay porai, ¿todo bien?, ajá, en qué andas, cómo te va…
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